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La Academia de Televisión intenta reinventarse tras cumplir diez años

La Voz LA VOZ | REDACCIÓN

TELEVISIÓN

BALLESTEROS

Campo Vidal insta en su toma de posesión a un debate abierto En su última edición, ninguna cadena quiso retransmitir la gala de entrega de premios de esta entidad

25 oct 2006 . Actualizado a las 07:00 h.

Manuel Campo Vidal tomó ayer posesión como cuarto presidente de la Academia de Televisión (ATV) en un momento en el que la asociación se juega su futuro. La entidad está pasando por una crisis de tal envergadura que este mismo año no ha encontrado una cadena de televisión que quisiese retransmitir la gala de entrega de premios. Este hecho, sumado a la desorganización de la cita festiva del año anterior, llevó a Ignacio Salas a renunciar a la presidencia. Campo Vidal asume que la entidad, con sólo diez años en su haber, tiene que reinventarse, para lo que ha propuesto un «debate abierto» que adecúe la ATV a «los nuevos retos y el nuevo escenario televisivo». La ATV está formada por unos setecientos académicos que pagan una cuota mensual de diez euros, cantidad que se completa con las aportaciones de las cadenas -de entre 10.000 y 25.000 euros, según sean nacionales o autonómicas- de las que se ha descolgado Telecinco. Ignacio Salas, el tercer presidente de la entidad, dijo al despedirse que sufría una situación complicadísima al carecer de «respaldo político, empresarial o profesional». Nacida en 1997 de la mano de Antonio Mercero, Jesús Hermida y Valerio Lazarov, entre otros, la ATV tenía en el horizonte parecerse a la academia norteamericana (o a la inglesa) cuyos premios (los Emmy) son una prueba de su poder y prestigio. Premiar a la competencia Sin embargo, enseguida descubrieron sus promotores que las luchas entre cadenas y personalidades se iban a imponer al resto. Y el tiempo les demostró que ninguna empresa quiere potenciar (ya no transmitir) una gala en la que se dan galardones a la competencia. Como la mayoría de los académicos pertenecen a RTVE, esta cadena era sistemáticamente la más favorecida. De ahí que la decadencia llegase hasta este año, cuando en abril nadie quiso retransmitir la gala. Manuel Campo Vidal cree que éste es un momento vital para la organización e hizo alusión además al cincuentenario de la llegada de la televisión a España: «Nos va ayudar (este aniversario) a reflexionar a todos, a la ciudadanía y a los que hacemos televisión sobre su importancia» y fomentar su existencia llena de contenido. Menos optimista se mostró Jesús Hermida, primer presidente del colectivo (de 1997 a 1998) para quien «los profesionales de la televisión se están convirtiendo en una especie de kleenex de usar y tirar».