Julieta Venegas canta los temas de «Limón y sal» en A Coruña para una mayoría femenina
TELEVISIÓN
Camino del Coliseo de A Coruña, suena el móvil de una mujer cincuentona en una parada del bus. Lo hace con los acordes de Me voy . La música de Julieta ya forma parte del universo politono. La mexicana, que fue artista para inmensas minorías, ha llegado al gran público con Limón y sal (2006), su cuarto disco. Diez años ha tardado en dar el salto. Atrae especialmente a ellas, seguramente por esas letras que recorren, desde la primera persona del singular femenino, los recovecos del amor. «Viene implícito. Soy mujer», cuenta a La Voz sobre sus textos quince minutos antes del concierto. Siguiendo en femenino, añade que en México es gravísimo el problema de la violencia de género, «pero allí aún no le hemos puesto nombre». Es su segunda actuación en Galicia, ambas en A Coruña. «Las primeras referencias que tuve de Galicia me las dio Pablo Novoa. Nos hicimos amigos e incluso ha estado conmigo de gira por México», relata sobre el guitarrista de Golpes Bajos. En mayo se estrenará Hotel Tívoli , en la que esta admiradora de Ciudadano Kane tiene un papeliño: «Me gustó el guión». -Julieta, ahora hay más conexiones gallegas... -Sí, hay más.... Contesta sonriendo. El Romeo de esta Julieta es gallego, Carlos Mariño, mánager de Los Planetas y de Dover, fundador de la Festa dos Botes de Arzúa. Está Mariño, pero no está de bote en bote el Coliseo, aunque se han vendido 1.900 de las 2.000 entradas. El recinto ha sido acotado como anfiteatro porque así lo ha preferido la cantante en la presente gira. Todo el público está sentado, aunque en unos temas se levantará. Hay mayoría femenina y familias enteras (bastantes niñas que a estas horas deberían estar camino de la cama). Con un vestido que evoca a Caperucita, Julieta se arranca con Eres para mí , corte de Limón y sal . «Boas noites», saluda con la segunda, Canciones de amor. «Esto se pone bueno», susurra con esa voz entre picante y melancólica. Algo está cambiando da paso a Lo que pidas , para la que pide el acordeón. Con No seré logra activar al aplausómetro, que se dispara con la siguiente, Lento . Con Limón y sal , que dedicó al completo a la familia Mariño llegada de Arzúa, se alcanza el primer delirio. Llega el esperado karaoke colectivo con Me voy . En efecto, se va, mas vuelve para hacer tres bises, entre ellos el Sin documentos de Calamaro. «Todo me dura un micromomento», canta Julieta en un tema de Limón y sal. El concierto dura un macromomento de 90 minutos. Julieta Venegas. Coliseo, A Coruña.