Un ilustrador gallego en la Feria del Libro Infantil de Bolonia
30 abr 2007 . Actualizado a las 07:00 h.La Feria de Bolonia, en su 44.ª edición, sigue siendo el evento literario por excelencia donde se dan cita editores, autores, ilustradores y demás profesionales del mundo de la literatura infantil. Mi trabajo ha sido seleccionado para la muestra de ilustradores de este año. La visita no me ha defraudado. A diferencia de otras ferias, de carácter más abierto al público, este evento está claramente enfocado a los profesionales de la industria del libro y es un lugar idóneo donde comprar y vender derechos de autor para todo el mundo. Además, aquí los editores prefieren tratar personalmente con los dibujantes o los ilustradores. Nada más llegar, es fácil comprobar el papel protagonista de los dibujantes. Uno de los lugares más importantes es el Café de Ilustradores, que sirve de lugar de reunión para todos los dibujantes. Se cuelgan en las paredes multicolores tarjetas de contacto, un mosaico de nombres, dibujos, paisajes y personajes de cuento por los que pasan muchos editores para buscar nuevos valores. También está la exposición de los seleccionados. Hay 85 artistas de 23 países elegidos entre los más de dos mil que se presentaron. La globalización ha afectado aquí de manera distinta a lo que ocurre en la televisión, donde los programas son similares en todos los países. Este año el dibujante homenajeado ha sido Wolf Elbruch, conocido por su libro El topo que quería saber quién había hecho aquello en su cabeza, un clásico. Pero me fascina la poesía de Japón, la delicadeza de China y la belleza de Corea; herederos todos ellos de una tradición de maravillosos dibujantes, como Hokusai, que han inspirado a artistas como Matisse o Van Gogh. Chagall sigue estando de actualidad. También Klee, y Picasso. «A los 12 años sabía dibujar como Rafael, pero necesité toda una vida para aprender a pintar como un niño», dijo Picasso. Ellos siguen siendo la referencia.