Un libro reúne todos los vestigios celtas que existen en Galicia

Juan Fariña A CORUÑA

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Antonio Balboa abre una vía intermedia entre celtoescépticos y celtistas tradicionales Lápidas, esculturas de guerreros y adornos como los torques son algunos de los restos

01 may 2007 . Actualizado a las 07:00 h.

El rey Breogán, el dios Lug, el monte Medulio, Brigantium, los mercenarios galaicos en los ejércitos de Aníbal o las inscripciones de los célticos supertamaricos son algunos de los argumentos que los celtistas han utilizado para catalogar a Galicia como un país celta. En el siglo XIX, el antiguo pueblo europeo sirvió como base mítica para construir la identidad nacionalista gallega, que se apoyó, sobre todo, en los testimonios de las fuentes de los historiadores romanos y griegos clásicos. El desprestigio de la existencia celta sobrevino a lo largo del siglo XX, cuando los celtoescépticos consideraron su presencia como una construcción artificial ideada por los autores clásicos y ampliada por la investigación moderna que encubre a pueblos reales que quedaron engullidos por el concepto mítico. Antonio Balboa repasa en A Galicia celta (editado por Lóstrego hace unas semanas) estas reflexiones, y reúne en un libro todo lo que hoy en día se puede rastrear sobre la presencia celta en Galicia, incluidas las diversas investigaciones que en los últimos tiempos han aportado algo nuevo al respecto. «Sen lugar a dúbidas, Galicia foi celta no sentido de que na Galicia antiga existen evidentes elementos celtas. Na actualidade non se trata de saber se Galicia coñeceu a presenza celta como de establecer o seu grao de celtismo. Resulta rechamante como no resto da España ou da Europa célticas Galicia apareza claramente cualificada como celta, mentres que tal carácter se atopa discutido entre os historiadores galegos, en gran parte debido aos excesos celtistas cometidos no pasado por autores como Murguía», explica Balboa. He aquí los principales elementos célticos que, según el historiador, se pueden encontrar en Galicia. Fuentes de la historiografía clásica. Los autores clásicos como Estrabón, Plinio o Mela afirman en sus escritos que diversos pueblos que se hallan localizados en el noroeste de Galicia son célticos. En esta lista se destacan los asentamientos de la costa de la provincia coruñesa, como los ártabros, los nerios, los supertamaricos y los praestamarcos. Lápidas de los miembros de los pueblos celtas. Existen varios restos arqueológicos procedentes de tumbas de pueblos como los célticos supertamaricos (que habitaban por encima de la línea marcada por el río Tambre, como su nombre indica), en las que ellos mismos se califican como celta. Varias lápidas han aparecido en Astorga, y la más reciente ha sido hallada en Lugo, concretamente en Crecente. En la inscripción de esta estela se puede leer: «Aquí está enterrada Apana, hija de Ambolo, céltica supertamarica, del castro Miobris, de 25 años. Su hermano Apanus fue el promotor de esta dedicatoria». La monumental lápida fue dada a conocer por el investigador Antonio Rodríguez Colmenero, y en ella destacan los retratos de cuatro personajes de la misma familia: un hombre en posición preeminente, dos mujeres y un niño. La estela muestra un nucleo familiar de cierto rango social que especifica el castro concreto al que pertenecían, Miobris, el cual pertenece al grupo de topónimos de tradición celta acabados en -bri o -briga . Toponimia celta. Miobris es uno de los topónimos en los que Antonio Balboa advierte procedencia celta. Son también destacables aquellos que incluyen el término nemeton (santuario). Este nombre aparece en un castro situado cerca de Trives llamado Nemetobriga, que significa algo así como «el castro del santuario». Además son considerados celtas pueblos que tuvieron nombres como Ebora o Bracara (actualmente en Portugal) o Brigantium en Galicia. Hoy todavía existen localidades cuyos nombres acaban en -bre o -ve que se consideran antiguos asentamientos celtas, como Alcabre, Callobre, O Grove, Landrove o Lestrove. Entre los topónimos modernos están Céltigos (existente en los municipios de Ortigueira, Sarria y Frades), Lubre, Ledesma o Lañobre. También existen palabras dentro del vocabulario gallego que pueden ser consideradas de origen celtas, tales como croio , berce , bico o braña . Torques, cabezas cortadas y guerreros castreños. En la cultura castreña existían varios tipos de objetos de prestigio que ayudaban a reforzar el dominio social de la élite indígena. El elemento más relevante es el torques, un collar rígido que se fabricaba en oro o bronce. El torques está considerado como el ornamento típico de los pueblos celtas y en Galicia han aparecido alrededor de 150. El mismo adorno aparece también en las figuras de piedra de varios guerreros hallados dentro del territorio de la antigua Gallaecia romana, como en los encontrados en los castros de Rubiás y Lezenho. Además, están las denominadas diademas de Mones, adornos para las manos de los guerreros. Las llamadas cabezas cortadas son otro más de los vestigios de la presencia celta en Galicia.