El Reino Unido devuelve a Australia los restos de 17 aborígenes que estaban en un museo
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Tras una larga batalla legal, el Museo de Historia Natural de Londres repatrió hoy los restos de 17 aborígenes australianos del siglo XIX, en un caso similar a la disputa que enfrenta al Reino Unido y Grecia por los frisos del Partenón. No en vano, los huesos también se conocen como los «frisos de Australia», en referencia a la conocida polémica de las esculturas marmóreas del Partenón, que llevan en manos del Reino Unido dos siglos y cuyo retorno no ha dejado de reclamar el Gobierno griego. Los fragmentos óseos pertenecen a indígenas de la isla de Tasmania (a unos 200 kilómetros al sur de Australia). Más de cien años después de haber sido expoliados, los restos podrán regresar a su orígenes en virtud de un acuerdo alcanzado por el museo y el Centro Tasmano de Aborígenes (TAC). El Museo de Historia Natural, que alberga una colección nacional de vestigios humanos de 19.500 especímenes, ya se comprometió el año pasado a repatriar los «frisos de Australia», pero su intención de hacer pruebas de ADN con los huesos antes de su devolución empujó al TAC a interponer una demanda ante el Tribunal Superior de Londres. El mundo de los espíritus La Justicia dio la razón a los aborígenes y las partes en conflicto llegaron a un acuerdo para que material genético obtenido se guarde en Tasmania, Para los indígenas, las pruebas de ADN son una profanación de los cadáveres, pues sus creencias indican que los muertos no pueden acceder al mundo de los espíritus si sus cuerpos no son sepultados en la tierra que los vio nacer.