Más de lo mismo en las retransmisiones de la televisión en Nochevieja, que pide a voces un plan «renove», con más directo y menos «play back»
02 ene 2009 . Actualizado a las 02:00 h.Guionistas y realizadores continúan enganchados al caduco modelo de la gran gala televisiva que alcanza su punto álgido en las campanadas. Aún reconociendo lo arriesgado de romper viejos esquemas ante una parte de la audiencia que aguarda a los especiales de Nochevieja y al reloj como un clásico surgido de la TVE de los sesenta, grabado a hierro y fuego en sus genes, lo cierto es que a los jóvenes ya les importa un pimiento lo de las uvas, como no sea para dar coba a sus mayores y hacer el paripé si la cena toca en casa, claro. Conste que se atisban tímidos cambios, pero se añora un plan renove ante la evidencia de que el target más joven pasa mucho de la tele convencional. Lo de las campanadas, más que un clásico, es un tópico a punto de irritación.
Inflación de «cantaúvas»
En La Primera y La 2, Anne Igartiburu y Carlos Sobera repitieron las gracias de años atrás, exceptuando la concesión publicitaria a MasterCard, con las doce uvas sobreimpresas en pantalla y engullidas a golpe de badajo. En Telecinco, María Castro y Christian Gálvez, casi otro tanto, aunque sin el glamur de la pública. Antena 3 optó por el que fuera omnipresente cantaúvas de TVE, Ramón García, incluyendo su trillada capa, ahora junto a Kira Miró. Ya en Cuatro, Paula Vázquez y Rafa Méndez se limitaron a más de lo mismo. La Sexta tuvo a Andreu Buenafuente junto a Berto. Reforzado todo con el caduco atrezo de copas de champán, confetis, sonrisas dentífricas y buenos deseos. En fin, una aplastante originalidad.
Exceso de enlatado
Otro recurso más rayado que un vinilo de Los Beatles es el desfile de grupos y cantantes en play back , algunos asentados y otros de moda, en muchos casos desfilando por varias cadenas simultáneamente y sumiendo al espectador despistado en serias reflexiones sobre la capacidad ubicua de los profesionales del cante. Esa es otra. El enlatado. Contenidos grabados días antes, que suenan a más falsos que una moneda de tres euros. De todo lo visto en Nochevieja, se salva de la quema Es bello vivir de José Mota, el de Cruz y Raya. Telecinco optó por asegurarse a su parroquia con sendos especiales de Camera café y ese horror sexista y chusco de Escenas de matrimonio, completado con Sin uvas no hay paraíso, nada de otra galaxia y sobrado de refrito. Antena 3, con el especial Al pie de la letra, habrá contentado a sus fieles con el Abba The Show y el posterior Bailando el 2009. Cuatro, con Nochevieja ¡a bailar! confirma su preocupante crisis de ideas. La Sexta, con 2009. Ahorra o nunca, otro tanto y su endémica limitación de medios. Un rollazo.