«Después de actuar en ''Un paso adelante'' odié la tele»

Ch. L. Monjas

TELEVISIÓN

Compagina el teatro, con Medea, y la televisión, con Los hombres de Paco.

16 jun 2009 . Actualizado a las 11:43 h.

La música es lo que más emociona a Asier Etxeandia que tuvo su golpe de suerte con Cabaret , el musical en el que ejerció de maestro de ceremonias. Pero a este vasco de 34 años el gran público lo conoció como el bailarín con rastas de la serie de Antena 3 Un paso adelante . Ahora tiene en cartel 7 minutos y compagina el teatro, con Medea, y la televisión, con Los hombres de Paco .

-El cine se le resiste, y eso que ha participado en las taquilleras « Mentiras y gordas», «Café solo o con ellas» y «Las 13 rosas».

-En los escenarios me ponen contra las cuerdas y me confían personas a los que les pasan cosas increíbles. He sido Valmont, Dante... Y disfruto con eso. En cambio en el cine...

-No se vio su pequeño papel en «Los abrazos rotos».

-Al final se eliminaron esas escenas. El primer día me llevé un disgusto, pero me quedo con la emocionante experiencia que fue trabajar con Pedro Almodóvar.

-¿Cómo lleva el combinado teatro-televisión?

-Con estrés, pero como es una serie coral y mi personaje no está en todos los capítulos, lo llevo bien. Y como me va la marcha, pues el estrés me mantiene con energía.

-En la serie de Antena 3 es Blackman, un superhéroe.

-Es el personaje sorpresa. Eso de tener poderes me ha devuelto a mi infancia. Con la tele he pasado por varios estados. La he amado, he sufrido, la he necesitado... Después de actuar en Un paso adelante , la odié, pero me reconcilié con Herederos , un ejemplo de televisión de calidad, de tomarse el tiempo necesario para rodar. Pero ya no está en antena porque nos empeñamos en elegir lo peor, nos gusta la mierda y el circo romano.

-¿Hay algún papel al que diría que no?

-Nunca haría algo que me doliese. Nunca interpretaría si no creyera en lo que hago porque lo paso mal. Los actores estamos tan expuestos, somos tan vulnerables, que necesitamos un personaje para tener fuerza y poder.