«No hemos hecho ni haremos parodias sobre otras cadenas»

TELEVISIÓN

El comunicador defiende la filosofía de «El hormiguero» frente a sus competidores y la resume con una frase: «Queremos sacar lo mejor de la gente, no lo peor»

08 nov 2009 . Actualizado a las 02:00 h.

Pablo Motos (Requena, Valencia, 1965) se ha hecho a sí mismo. Empezó desde abajo y consiguió un nombre en la radio, después de completar con éxito el difícil reto de sustituir a Gomaespuma. Participó en el Festival de la Canción de Benidorm, tiene una productora y desde septiembre del 2006 presenta y dirige El hormiguero, uno de los programas más rentables y seguidos de Cuatro.

-Estamos casi siempre en el primer o el segundo lugar de los más vistos de la cadena. Es un lugar soñado, porque con las audiencias siempre se sufre.

-Por «El hormiguero» han pasado artistas consagrados como Raquel Weitz, Will Smith, Nelly Furtado. ¿Qué tal se portan?

-Es gente muy interesante, que se liberan y son muy normales. Recuerdo con mucho cariño a Will Smith, que vino con cuarenta de fiebre. Hugh Jackman, que acababa de presentar los Oscar. Olivia Wilde no paraba de jugar y de preguntar por qué el programa no se hacía en Estados Unidos. Por su parte, Adam Sandler dijo que había sido el show más divertido de su vida. No hay queja.

-¿Y superó el chequeo que le realizó Olivia Wilde (actriz que interpreta a la doctora Remy, «Trece», en «House»)?

-Lo superé en la televisión, pero por dentro estaba taquicárdico. Me estaba tocando la mujer más sexi del mundo y tenía que parecer que no pasaba nada.

-Usted tiene muchos seguidores, pero también muchos detractores. ¿Cómo vive esas situaciones extremas?

-No me meto en eso. Yo sé que la única forma de no molestar a nadie es estar muerto. Hacemos el programa lo mejor que podemos y siempre hay gente a la que no le gusta. Eso pasa hasta con el jamón.

-¿Qué tal su relación con el Observatorio Antidifamación Religiosa, que le exigió que pidiera perdón por sus comentarios sobre la fe católica?

-Yo no sabía que existía este observatorio. Me los imagino con un telescopio por una ventana. Pero yo creo que quien tiene que preocuparse es el Vaticano, que en mi opinión, está muy alejado de la sociedad. El comportamiento de la Iglesia es muy cuestionable, y yo me meto con ello.

-Parece que vuelve a televisión la moda de que los programas de una cadena critican a los de la otra ¿Qué piensa de este tema?

-A nosotros nos dan todos. No hemos hecho nunca ni haremos comentarios ni parodias sobre otras cadenas. Yo creo que a veces están bien, son graciosos y con todo el buen rollo del mundo, pero otras son con un intento de hacer daño. Cuando vives dentro de la televisión hay tanta competitividad que me imagino que a veces a la gente se le va la olla. Lo que te garantizo es que ni entro ni entraré. El sistema en realidad es muy antiguo, pero no de buen gusto. Consiste en que el débil se mete con el fuerte, a ver si se la devuelve.