Regístrate gratis y recibe en tu correo las principales noticias del día

Las reposiciones son para el verano

Irene Perezagua MADRID/COLPISA |

TELEVISIÓN

Los capítulos de «Verano azul» y «Vacaciones en el mar» permanecen en la memoria de varias generaciones

09 ago 2010 . Actualizado a las 02:00 h.

La audiencia durante el verano suele pasar de la tele. Hay otras cosas que hacer. Los espectadores emigran y las cadenas aprovechan para probar nuevos formatos, a la espera de lanzar sus productos estrella en otoño. Pero la fórmula que realmente ha funcionado a lo largo de los años es la reposición de las series de éxito. Muchas de ellas tienen escenarios veraniegos y permanecen en el disco duro de varias generaciones.

« Verano azul» (1981-1982). Corría octubre del año 1981, los españoles acababan de vivir uno de los momentos más convulsos en la historia del país, con el intento de golpe de Estado. Pero más allá de ese incidente, el año es recordado por la serie de Antonio Mercero. La ficción, de 19 capítulos, que narraba las peripecias de una pandilla en la costa de Nerja (Málaga), caló hondo en los españoles, y pocos fueron los que no lloraron con la muerte de Chanquete, el emblemático personaje de Antonio Ferrandis. El horario en el que se retransmitió, las cuatro de la tarde, daba a lugar a que toda la familia se arremolinara en torno al televisor para disfrutar con las historias de Javi, Bea, Desi, Quique o Pancho. Fue tal la repercusión que, décadas después, TVE prepara un remake de la ficción, aunque un histórico de la televisión como el periodista José María Íñigo no vea la necesidad: «El momento que retrataba no es el mismo. No creo que a los chicos de hoy les llegue a interesar el proyecto».

Ambientada en el crucero Princesa del Pacífico, la serie reflejaba el día a día en el navío, en el que los romances entre los pasajeros y el personal eran las piezas angulares de las entretenidas tramas de la producción. «Era raro que al que veía un capítulo no le entraran ganas de contratar un crucero», recuerda Íñigo.

Pocos son los turistas que, aprovechando su viaje a California, no se retratan con un socorrista. Los chicos de bañador rojo no tuvieron un inicio espectacular en cuanto a índice de audiencias (se llegó a cancelar en la primera temporada para retomarla poco después), pero su repercusión durante sus once temporadas fue tremenda. El libro Guinness la sitúa como la serie de ficción más seguida de la televisión con una media de 1.100 millones de espectadores por capítulo, a pesar de sus tramas predecibles basadas en el tirón físico de sus protagonistas. «Más que una serie era una exhibición de chicas espectaculares sin mucho talento, y que interpretaban unos guiones muy absurdos», aprecia el periodista vasco.

Quizá no es tan recordada como las anteriores y su calidad dista de las demás, pero hay que reconocerle la originalidad de su punto de partida. Que existan policías que subidos a una bicicleta logren coger al malo montado en moto es algo a valorar. Seguramente los productores no hubiesen imaginado ni en sueños que la serie daría para 101 episodios. Pero en verano, los gustos del público se hacen aún más imprevisibles.