La intérprete asturiana graba la segunda temporada de «Gran reserva», ficción de TVE ambientada en el mundo del vino que se estrenará en el primer semestre del 2011
09 dic 2010 . Actualizado a las 02:00 h.Paula Echevarría (Asturias, 1977) vive una etapa dorada. Tras darse a conocer al gran público con El comisario , la actriz de 33 años -y mujer de David Bustamante-retoma Gran reserva, serie de TVE que le ha asentado de forma definitiva en el panorama televisivo. La recreación del mundo del vino a través del conflicto de dos familias bodegueras fue una de las revelaciones del curso pasado. ?Sus tramas cargadas de intriga sedujeron a cerca de cuatro millones de espectadores y también se metieron en el bolsillo a la crítica especializada. Galardonada con el premio al mejor producto del año por el Festival de Vitoria, pretende con su segunda entrega reeditar el éxito que cosechó en su temporada de estreno. Si todo sale como está previsto, llegará a la pequeña pantalla en el primer semestre del 2011 y se emitirá en La Primera.
-¿Qué novedades trae esta nueva temporada?
-Hay muchas en lo que se refiere a mi personaje. Lucía empieza la temporada con pareja, Raúl Reverte (Aitor Luna). Y por culpa de esa relación va a tener muchos problemas con su hermano. ¡Y mira que me fastidia!, porque me encanta llevarme bien con Francesc Garrido (Pablo).
-Solo hay que verlos. Todo son bromas entre ustedes. Se tratan como si se conocieran desde hace mucho.
-A Ricard le trato como si fuera mi hermano realmente. Nos hemos llegado a mimetizar el uno con el otro. Y a Ángela (Molina) también la quiero mucho.
-Como actriz, ¿qué le ha aportado «Gran reserva»?
-Muchísimo, pero sobre todo tranquilidad, estabilidad y un bienestar en el trabajo brutal. Y lo más importante, un orgullo al verlo tremendo. Vengo contenta a trabajar todos los días.
-Pero ahora puede que le toque rodar escenas subidas de tono con Aitor Luna, ¿le son incómodas?
-Sí, siempre lo he dicho. No soy una actriz de desnudos. Nunca he hecho uno. No te digo que no lo vaya a hacer nunca, pero sí sé que no me gustaría.
-Si puede evitarlo, lo evita...
-Exacto. Y si lo llego a hacer alguna vez, créeme que será porque estará muy justificado en el guión.
-De todas formas, «Gran reserva» no se ha caracterizado por explotar esas secuencias...
-No, la serie quiere enseñar otras partes de una relación. Aunque hay que recordar que empezó en ese sentido muy fuerte. Pero luego el resto de los capítulos no hubo nada de eso. Gran reserva es bastante light en ese sentido.
-¿Cómo lleva el rodaje en La Rioja?
-Al principio se hacía duro porque nos levantamos muy temprano y hacía bastante frío. Pero ya llevamos año y pico y nos vamos acostumbrando.
-El año pasado decía que sufría andando con tacones entre los viñedos...
-Sigue siendo un sufrimiento. Allí lo más práctico es la bota campera.
-¿Qué es lo más duro de la grabación?
-Sin lugar a dudas, el frío. Sobre todo cuando se te congela la cara de tal manera que te cuesta vocalizar.
-Así que por usted la temporada se rodaría en primavera
-Por dios, sí. Yo decía al equipo, pero por qué cortamos en marzo y empezamos en septiembre. ¡Nos perdemos lo mejor!.. (risas) No te digo de rodar en pleno verano, pero esos meses de marzo, abril y mayo son fantásticos.
-¿Tendrá vacaciones en Navidad?
-Sí, habrá algunos días. Las pasaré en familia. Aún no tenemos claro si estaremos por Asturias, Cantabria o en Madrid.
-¿Qué le pide a los Reyes?
-Salud y amor. Espera, también dinero que siempre viene bien. Y ya si cuela, un viaje a Nueva York... [risas].