La carrera profesional de Silvia Jato, de Lugo, en pocos días 40 tacos, muestra tres etapas muy diferentes desde que en 1990 se coronó Miss Internacional, aparte de otras distinciones en esa modalidad ¿artística? que divide a la opinión pública en tirios y troyanos. Entre ellas fue Miss Galicia en 1989, circunstancia que abrió una segunda fase en su trayectoria ante las cámaras de TVG con Sabor a ti y otros espacios, hasta que en 1996 contactó con Antena 3 para una relación de una década. Los formatos por los que se paseó son numerosos y variados, aunque su momento de gloria llegó con Pasapalabra, que la tuvo en pantalla durante cinco años para alcanzar la cumbre de su popularidad como líder en su franja. Su desparpajo, su sentido del humor, con marcado acento gallego, contribuyeron lo suyo.
Abandonada Antena 3, la trayectoria de Silvia, por entonces madre de dos hijos, entró en una nueva fase que estuvo caracterizada por su dispersión. Estuvo un año en Telecinco (en el espacio Allá tú, sustituyendo a su paisano Jesús Vázquez), con un breve paseo por La Sexta, como invitada en El club de Flo; pasó unos meses en La Primera, para sustituir en verano del 2007 a Inés Ballester en Por la mañana; estuvo otros meses del 2008 en Cuatro, con el concurso Fifty Fifty, e incluso apareció unas semanas, a finales del 2009, en TVG acompañando a Gayoso en Luar, después de ser madre por tercera vez. Una trayectoria errática hasta que recaló en el concurso musical Generación de estrellas, para varias cadenas autonómicas, en el 2010.
Desde enero de este año, fichó por Veo7 Televisión para el concurso Trivial Pursuit. Licenciada en Ciencias Económicas por una universidad privada madrileña, nadie puede negar a Silvia Jato su hiperactividad catódica, pero la posibilidad de recuperar la gloria lograda con Pasapalabra se antoja un reto imposible.