El periodista asegura que lo bueno de un comunicador está en la posibilidad de probarlo todo, de ahí su drástico viraje de la información seria al lado más frívolo de un contenedor.
20 jun 2011 . Actualizado a las 06:00 h.Aunque su trayectoria anterior lo llevó por prensa, radio y televisión local en su Valencia natal (es de Utiel y luce 40 tacos), antes de desembarcar en los informativos de Telecinco, del 2000 al 2005 (en distintas ediciones y franjas horarias), a Màxim Huerta se le conoce ahora mucho más gracias a su integración en la troupe de la líder Ana Rosa Quintana y su magacín El programa de Ana Rosa. Afirma que lo bueno de un comunicador está en la posibilidad de probarlo todo, de ahí su drástico viraje de la información seria al lado más frívolo de un contenedor como el de Ana Rosa, también su patrona, una vez que Telecinco rescindió su contrato y lo dejó en manos de la productora Cuarzo. El cambio de registro sorprendió a más de uno y vino acompañado de un aspecto más informal y colorista.
Hijo único de padre camionero, Huerta se formó en Ciencias de la Información en la valenciana Universidad CEU San Pablo y comenzó a curtirse en Radio 5 (RNE) en Utiel, después en Radio Buñol y en los diarios Valencia 7 días y Las Provincias. Su primer contacto con las cámaras fue en 1997, para la autonómica Canal 9, y dos años después lo llamó Telecinco para su informativo valenciano. De ahí el salto a Madrid en el año 2000 para una trayectoria que incluye cameos en series como Al salir de clase, Hospital Central y Los Serrano, además de su aventura como novelista escorado hacia el género romántico. Se estrenó con Que sea la última vez que me llamas reina de la tele y acaba de repetir con El susurro de la caracola. En sueños se imagina ganando el Planeta. Todo es posible en Telelandia?