Si hablar del mundo de los vivos le ha sido rentable a Telecinco con los programas del corazón, ahora el mundo de los muertos es un verdadero filón. Porque más allá de la reencarnación -también televisiva- de Ylenia, la hija de Romina y Albano, y del esperpento de ver a la periodista Lydia Lozano hipando abrazada a Taryn Power, hermana de Romina, el más acá catódico se está acercando peligrosamente a la cienciaficcionlogía. Porque superadas todas las barreras de la realidad, con el reality como referencia, el show se ha trasladado a la suprarrealidad, en la que los propios presentadores asumen como verdad cualquier estupidez paranormal. Taryn, la tía de Ylenia, le contó a Jorge Javier que más de cinco médiums le han confirmado que sigue viva. La médium Anne Germain se ha instalado en Telecinco para hablarnos, en inglés, de los espíritus, arropada por un Jordi González entregado a las abuelitas que desde el cielo se comunican con las nietas famosas. En Sálvame ya no vale con destripar las miserias de lo cotidiano, ni el desahogo psicológico de meter a los colaboradores en una caja, ahora también los hipnotizan. Así que con este panorama en el que se santifica la inconsciencia, cualquiera le dice a un hijo que la bollería industrial es mala.