«Splash!» y «¡Mira quién salta!», dos formas diferentes de tirarse a la piscina

Splash! se despidió el lunes con el olímpico Gervasio Deferr como ganador sobre el trampolín y con un repunte de audiencia. El dato no lo convirtió en líder, pero le sirvió para sacarse la espina del pinchazo que había ido sufriendo en sus sucesivas entregas el programa que se había estrenado como gran revelación televisiva. Con él se cerró el último capítulo de una alineación planetaria que hizo que dos concursos sobre saltos de trampolín confluyeran al mismo tiempo en cadenas rivales.

Pero Splash!, en Antena 3, y Mira quién salta!, en Telecinco, demostraron que era más lo que los separaba que lo que los unía. Para empezar, el concurso de Telecinco fue como un happening en el mundo del reality: en cuatro galas llegó, vio y venció. «Tuvimos dudas desde el principio sobre el resultado de este formato y vimos claro que no aguantaba más de cuatro semanas», explicaba la semana pasada Patricia Marco, directora de antena de Mediaset, en un foro del Máster en Produción e Xestión Audiovisual, desarrollado por la Fundación Santiago Rey Fernández-Latorre. El de Antena 3, en cambio, resistió más en pantalla, pero a costa de perder seguidores.

Este último contaba con un cásting más selecto que orbitaba en torno a la figura de Falete, que a pesar de ser expulsado en la primera gala siguió poniendo el contrapunto de humor en un espacio que se tomó los saltos muy en serio.

Telecinco impregnó al programa de su estilo y reflejó las peripecias de la convivencia en el universo paralelo de sus realities. «Nosotros teníamos a la que llora, a la polémica, a la que se enamora...», explicó Marco acerca de los personajes de ¡Mira quién salta!.

Finalmente, Splash! se despidió el lunes con más de 2,4 millones de espectadores (un 14 % de cuota) y con una media de 2,8 millones de seguidores (16,5 %), tras haber bajado al 11,9 % en la gala anterior . Telecinco no dio margen a la decadencia del formato y su media se situó en el 20 %.

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