Yo a las señoritas de la Cruz Roja solo las conocía por las películas de Cine de Barrio. Hasta que llegó Entre todos, un programa que personalmente me parece un engendro televisivo, sin ánimo de ofender, que ahí estaba por las tardes, mostrándonos las miserias humanas y haciendo caridad televisada. O sea, ganando audiencia gracias a la desgracia ajena. Eran las señoritas de la Cruz Roja 2.0, las señoritas de la Cruz Roja del siglo XXI, las señoritas de la Cruz Roja a través del broadcasting. Pero, en un golpe de timón, la Española se ha cargado el formato. Yo creo que Entre todos nos lo hemos cargado, porque esto no es solo cosa de TVE. Porque la Fiscalía entró por el uso de menores en el programa, las críticas se sucedían en las redes sociales y hasta tenía una denuncia por plagio, porque el programa que conducía la hipervitaminada Toñi Moreno era muy, muy, muy parecido a otro de Canal Sur. Tanto que era la misma Toñi la que lo presentaba, a las órdenes del mismo director. Por una vez, Entre todos hemos hecho algo semidecente en este mundo hiperconectado en el que la alegría y, sobre todo la desgracia, se suceden en nuestras cien mil pantallas. Ahora que Entre todos desaparece, que a Toñi Moreno le den un programita que me parece mucho más interesante: se llama Servicios Sociales Decentes. Vaya formato, amigos.