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«Adán y Eva»: El primer plantón del programa

La Voz REDACCIÓN

TELEVISIÓN

Una niña de papá, una «curiosexual» y un vago redomado intentaron infructuosamente hacer migas en el quinto capítulo del «dating» de Cuatro

19 nov 2014 . Actualizado a las 11:21 h.

Adán y Eva -el nuevo espacio de Cuatro en el que chicos y chicas intentan encontrar a su media naranja completamente desnudos en una paradisíaca isla de Croacia- nos hizo esperar cinco programas para brindarnos unas calabazas en toda regla. El reality de citas se estrenó con un inculto cuarteto, del que salió la pareja de Alejandro y Estela; el primer concursante gallego debutó en la segunda entrega y se llevó a Míriam; el tercer capítulo recreó el tópico de Ocho apellidos vascos con la pareja de Carlos y Maite; el cuarto programa fue testigo del nacimiento de un nuevo romance entre la coruñesa Montse y Alejandro; y al quinto, llegó el plantón.

El capítulo de esta semana de Adán y Eva contó con tres protagonistas: Sara, una niña de papá, a la que nunca le ha faltado nada en la vida; el altivo y vago Iván, que se plantó en Croacia dispuesto a encontrar una chica que le mantuviera; y Daniela, una explosiva madrileña con orígenes brasileños que se definió a sí misma como «curiosexual».

El programa juntó primero, infructuosamente, a Sara y a Iván. Ambos pasaron una incómoda noche juntos. Haciendo gala de su arrogancia, el chico confesó ante las cámaras su total decepción ante el físico de su compañera y dejó muy claro que lo que él quería era una mujer «a la que todos miren por la calle». «Me da palo decirle que es muy fea», reconoció. Como Sara no le gustó físicamente, Iván se dedicó a reirse literalmente de ella; le llenó la nariz de nocilla y le tiró un vaso de agua.

Su apatía se esfumó cuando, al día siguiente, Adán y Eva colocó al tercer peón en el juego. Sara, desencantada con la actitud de Iván, y sorprendida por la aparición de la exhuberante Daniela, se vino abajo mientras Iván desplegaba, en su mejor versión de gallito, todas su armas de seducción. Después de un fugaz encuentro con la nueva chica, el resultado del partido estaba, sin embargo, más que claro. Su inmadurez, su arrogancia y sus prejuicios físicos acabaron con cualquier posibilidad de llevarse a la gogó madrileña a su casa.

Daniela le sirvió su misma medicina, forjó una alianza con su compañera Sara y ambas desarmaron a su Adán, que acabó derrumbándose por completo.

Iván bajó la cabeza, pero no se rindió, y cuando la presentadora de Adán y Eva le planteó su elección final, escogió a Daniela. «Creo que la respuesta ya la sabe todo el mundo», pronunció como respuesta la madrileña. «No me ha parecido bien cómo te has portado con Sara -se explicó-. Y yo quiero a un hombre que me dé seguridad, que me respete y en quien pueda confiar». En esta gran batalla de egos, el femenino inclinó la balanza.