Es uno de los reyes de la televisión, hay pocos entrevistados que se le resistan y pocas preguntas que no se atreva a hacer. Hoy cambiamos las tornas, él es entrevistado
03 ene 2015 . Actualizado a las 10:34 h.Hace tiempo que dejó de ser follonero para ser periodista, y de los buenos. Con Salvados ha modernizado el género de la entrevista y ha conseguido que conozcamos la realidad de la calle. Está pletórico haciendo un trabajo que califica de «lujo», pero no descarta irse fuera de España a vivir un «Erasmus cuarentón».
-No te voy a preguntar a quién te gustaría llevar a Salvados porque ya lo has dicho por activa y por pasiva, al rey, pero si solo le pudieras hacer una pregunta...
-¿Monarquía o República? Igual nos sorprende, como mínimo si estaría dispuesto a convocar un referendo para tratar el tema. También le preguntaría cuánto tiempo hace que no habla con su cuñado.
-¿Jordi Évole vale más por lo que calla que por lo que habla? Me explico: si Matas por decir lo que dijo está donde está, ¿qué no se habrá dicho detrás de las cámaras de Salvados?
-No te creas, no por falsa modestia, porque yo cuando entrevisto procuro tener los menos off the records posibles, porque me da mucha rabia que me digan cosas cuando no estoy grabando. Sí que es verdad que alguien en alguna ocasión nos ha pedido esto no lo pongas, pero eran cosas más a nivel personal, que no tenían una trascendencia periodística relevante. Valgo bastante poco por lo que callo.
-¿Por qué ya casi nadie le dice no a Évole?
-Discrepo. Estamos teniendo muchas dificultades para que alguien del Gobierno central, del PP, venga. Sigue habiendo muchos noes.
-Pero tú has comentado alguna vez, que gente que en un primer momento dijo que no ha cambiado de postura.
-Salvados puede hacer preguntas incómodas, es nuestra obligación y además yo creo que el periodismo debe ser incómodo, pero también dejamos responder y muchas veces hay respuestas mucho mejores que las preguntas, por eso hay gente a la que le ha ido muy bien pasar por Salvados.
-¿Crees que Salvados ha marcado un antes y un después en la relación entrevistador-entrevistado?
-No tengo ni idea. Ni me corresponde a mí hacer ese balance, lo que sí hemos hecho es un periodismo muy poco ortodoxo, hemos sido una mezcla de muchas cosas, primero empecé el periodismo más ortodoxo, luego me fui al entretenimiento, y lo que estamos haciendo ahora es una mezcla de todo un poco, y es lo que nos da ese punto de diferencia.
-¿Te has vuelto más serio con el paso de los años?
-Seguramente sí, pero nunca hemos perdido ese punto irónico, sarcástico, un poco socarrón, incluso en situaciones que pueden parecen muy tensas nunca nos hemos olvidado del barniz, no sé si llamarle humor. Es verdad que empezamos haciendo un programa humorístico con un barniz periodístico, y ahora somos un programa más periodístico con un toque irónico. El otro día me decía alguien: «Lo que habéis hecho más que periodismo ha sido como retratar una época de este país», y el periodismo a veces es eso, el retrato de una época.
-Definición de Jordi Évole: ciudadano común que incomoda al invitado.
-Me gustó mucho una cosa que me dijo Iñaki Gabilondo que era como un invitado de Tengo una pregunta para usted, que después de tener una, tenía otra, y otra y otra... Yo creo que el único secreto es ese: preguntar de la manera más sencilla posible, y repreguntar cuando no quede claro o no se ha contestado. Y no siempre se consigue porque a veces las respuestas son los lugares que tienen establecidos los que mandan, por eso lo que tenemos que conseguir es sacarlos de ahí y eso solo se consigue preguntándolo mil veces.
-¿Évole puede hacer preguntas que a otros no les permiten?
-Yo tengo la suerte de que no necesito seguir el día a día de la información, y digamos que no establezco esos lazos cuando eres un periodista con el que tienes contacto a diario, nosotros no somos tan esclavos del día a día.
-¿Has invitado al Pequeño Nicolás a Salvados?
-No, creo que al principio cuando salió el tema hicimos un primer contacto, pero creo que tampoco es un formato que a él le interese mucho. No me importaría entrevistar al Pequeño Nicolás siempre y cuando tenga ganas de hablar y no lo que le he visto decir a veces de: «esto no lo puedo contestar, ya lo contestaré más adelante».
-Hablábamos antes de Iñaki Gabilondo, yo creo que tú incluso de pequeño querías parecerte a él.
-Yo siempre admiro de él que antes de abrir la boca le ha dado muchas vueltas a lo que va a decir, y eso se nota, y es el hecho diferencial.
-Tú crees que serás el nuevo Gabilondo de posteriores generaciones...
-Hostia... creo que no me corresponde decirlo a mí, pero entiende que a mí me abruma, me ruborizo, y me da un poquito de vergüenza.
-Os parecéis en una cosa, que no utilizáis papeles al entrevistar.
-Es que lo importante es trabajar antes la entrevista (es una pena que no lo podamos hacer), pero es clave que tú le puedas mantener la mirada con el invitado, que se sienta escuchado, no perder el contacto visual, que vea que estás pendiente. Y para eso hay que leerse muchos papeles pero antes, tenerla muy preparada, que vea que no estás todo el rato mirando papeles....