Pocas veces puede Buenafuente dar una noticia. Cuando él sale al aire, los espectadores están ya informados e incluso reídos, después de que El intermedio haya revisado la jornada en clave de humor. Pero el lunes Buenafuente llegó de primero a rendir homenaje a Hermida, del que se confesó discípulo. «Todos lo imitamos, pero ninguno lo superamos», admitió el humorista sobre el periodista que, según dijo, le sacudió «la caspa» catódica a España.
Aunque su hazaña más vistosa fue la de narrar la llegada del hombre a la Luna, Hermida engarzó rigor y espectáculo en la programación cotidiana con magacines en directo de larga duración que muchos intentan hoy perpetuar. Consciente de que un minuto en televisión es una eternidad, conseguía mezclar agua y aceite con teatrillos cómicos, entrevistas serias y tertulias en las que, igual que ahora, políticos incipientes hicieron carrera. Muy revelador de su estilo es ese fragmento de principios de los noventa de El programa de Hermida, en Antena 3, en el que un corrillo de periodistas debate en un plató con un póker de ases de la política: Aznar, Rajoy, Cascos y Rato. Para aligerar, una pubescente Kylie Minogue ameniza el cónclave. Mientras los políticos aguantan los contoneos con gesto estoico, ella mueve los labios al ritmo de una canción a la que la perspectiva del tiempo añade sarcasmo: Better the Devil You Know. Más vale malo conocido.