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«Hemos modernizado 'La familia Telerín' para los niños de hoy»

beatriz pallas REDACCIÓN / LA VOZ

TELEVISIÓN

El productor ve el anuncio de la lotería como un respaldo a la animación

21 nov 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

La familia Telerín volverá pronto a televisión renovada y en 3D de la mano de Anima Kitchent, el último proyecto profesional de Víctor López, uno de los creadores y desarrolladores de la marca Pocoyó y productor de series como Jelly Jamm. Esta semana, impartió un módulo sobre contenidos multimedia a los alumnos del Máster en Produción e Xestión Audiovisual (MPXA), título propio de la Universidade da Coruña que organiza la Fundación Santiago Rey Fernández-Latorre.

-¿Volverán los niños a acostare con el «Vamos a la cama»?

-La familia Telerín, que cumple cincuenta años, es un contenido que creó Jose Luis Moro, de los Estudios Moro. Nos pidieron que valorásemos la posibilidad de hacer un contenido a partir de ese pequeño clip tan conocido no solo en España, sino en México, Centroamérica, Chile... Estamos terminando de cerrar la coproducción de 52 capítulos de siete minutos. El clip de Vamos a la cama ya se ha estrenado con gran éxito en México, no en el canal infantil, sino en el de adultos. Se emite sobre las 8.30 o 8.45 de la noche y tiene repuntes de audiencia en esos 40 segundos y con dos anunciantes vinculados al videoclip. Y en YouTube ha tenido en un mes siete u ocho millones de visualizaciones. Estamos sorprendidos y emocionados. Hemos cambiado la estética, lo hemos llevado a 3D y lo hemos modernizado para acercarlo a lo que ven los niños de hoy.

-¿Qué otros contenidos incluye?

-Estamos produciendo diez videoclips con canciones clásicas para YouTube y diez contenidos, también para YouTube, con un componente más educativo. También preparamos una aplicación que es un acostador. Es una app muy sencilla en la que el padre va a determinar una hora en la que sonará una alarma y el niño podrá ver el vídeo de Vamos a la cama como última experiencia de entretenimiento del día. Dentro habrá cuentos que el padre tardará entre tres y cinco minutos en leer a su hijo. Y por la mañana habrá un despertador, con un vídeo de otra canción.

-¿A qué obedece esta moda por la recuperación de grandes series antiguas como «Heidi», «Vickie» o «La abeja Maya»?

-Obedece a dos factores. Uno, a que los productores estamos un poco miedosos y nos anclamos a marcas muy conocidas por los padres, que son los que compran contenidos para niños. También hay un punto de nostalgia. Es como establecer un cordón umbilical entre tu cabeza y la de tu hijo. A mí, como padre, me encantaría que toda mi experiencia la tengan mis hijas. Estas series son una forma de poner una pizca de mi infancia en su infancia, una forma de regalarle a tus hijos una parte tus recuerdos.

-¿Se prevén más «revivals»?

-Estamos haciendo también PINY, serie basada en los muñecos Pinypon. Nos hemos saltado esa norma que nos imponían hasta hace unos años de que todas las series tuvieran capítulos autoconclusivos, sin arcos narrativos más allá de un episodio. Lo hemos roto y los 52 capítulos tienen una trama que va evolucionando, como Heidi o Candy Candy, en la que se meten ciertos elementos dramáticos de los que durante un tiempo se ha querido proteger a los niños. Hay unas tramas más sofisticadas, más de telenovela y creemos que eso engancha a los niños igual que a los mayores. Durante un tiempo las televisiones no nos dejaban hacerlo porque querían poder emitir los capítulos a cualquier hora. Ahora, con las plataformas digitales, sí hay la posibilidad de verlo cuando tú quieres. Esto nos permite jugar con esas tramas un poco más complejas.

-¿Qué le parece, como productor de animación, que un anuncio tan relevante como el de la lotería haya recurrido a esta tecnología?

-Como productor de contenidos de animación, cosas como esta nos respaldan. Una vez más se demuestra que los sentimientos están en la forma en que cuentes la historia, da igual la técnica que utilices. El anuncio de Justino es excelente. La animación es una técnica y, aunque es cierto que casi siempre se dirige a los niños, con cosas así te das cuenta de que lo importante es la historia, más allá de la tecnología que utilices para contarla. Hay un poco de polémica porque no lo ha producido una compañía española, pero a mí no me parece tal polémica. Nosotros vendemos contenidos a todo el mundo. Si no pudiéramos vender nuestras producciones fuera de España tendríamos un problema serio.