«Buscadores de Naufraxios» recuerda una tragedia marítima de más de 500 víctimas

s. c. REDACCIÓN / LA VOZ

TELEVISIÓN

Un buceador explora el pecio de la fragata La Magdalena
Un buceador explora el pecio de la fragata La Magdalena

El programa, que se emite mañana a las 20.15 h en TVG, viaja a Viveiro para revivir el naufragio de la fragata La Magdalena

03 nov 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

Viveiro fue testigo de una de las mayores tragedias marítimas de la historia, el hundimiento de la fragata Santa María Magdalena en el que murieron más de 500 personas. El programa Buscadores de Naufraxios que emite mañana a las 20.15 horas Televisión de Galicia se traslada hasta la playa de Covas para revivir este terrible naufragio y bucear en sus restos. A pocos metros de profundidad aún se conserva parte del casco y del armamento de este gran barco de guerra, protagonista de un siniestro que conmocionó de tal modo a los viveirenses que, a día de hoy, aún sigue presente en su recuerdo.

La fragata Santa María Magdalena se construyó en Ferrol en 1773. Más conocida como La Magdalena, seguramente en honor al barrio ferrolano, era un barco de guerra que tuvo actuaciones destacadas contra la piratería y los corsarios. Hasta que, en 1810, el ejército español y el inglés se aliaron para expulsar a las tropas napoleónicas y crear una poderosa flota hispano-británica que fue conocida como «la expedición cántabra». La Magdalena, como parte de esta escuadra, tenía el objetivo de conquistar Santoña.

Al llegar a Santoña descubrieron que el mayor enemigo no eran los franceses, sino el impresionante temporal que se levantó. «Lo peor que puedes hacer con mala mar es quedar confinado. Lo mejor es salir y, como decimos los marineros, capear el temporal», explica el capitán de navío Bartolomé Cánovas en el programa Buscadores de Naufraxios de mañana. De Santoña navegaron hasta Viveiro en busca de cobijo, pero la Magdalena ya había perdido un ancla, suceso funesto para cualquier barco.

Llegaron a Viveiro con tiempo muy apacible pero, de repente, se produjo una galerna. «As condicións do mar foron tan violentas, que o comodoro británico referíase a elas como a tempestade perfecta», indica el arqueólogo subacuático Antón López, quien también explica cómo se comportaría la fragata Magdalena sin su ancla principal: «Hai que imaxinar o barco dando bandazos dun lado ó outro, máis dun canón solto... Era unha situación absolutamente desesperada».

Noticia en La Voz sobre la recuperación de restos de la fragata La Magdalena
Noticia en La Voz sobre la recuperación de restos de la fragata La Magdalena

Los vecinos de Viveiro no tardaron en llegar a la playa con mantas y medicamentos, pero era imposible acercarse al barco. Estaban a pocos metros, pero nada podían hacer por ellos. «É moi complicado chegar a imaxinar a máis de 500 persoas dentro dun buque, nunha tormenta coma esta, sabendo que van morrer. Calquera cousa que poida dicir, voume quedar curto seguro», concluye Antón López en el programa Buscadores de Naufraxios de mañana.  

El comandante Salcedo

«Ao día seguinte, toda esta praia, que ten case dous quilómetros, estaba chea de cadáveres», cuenta el viveirense Xolís Moar, «empezaron a retirar os cadáveres con carros de vacas, había máis de 500». Dos de estos cadáveres llamaron la atención de los viveirenses que acudieron a la playa; estaban abrazados. «Resultó que uno de ellos era el comandante del barco, Blas de Salcedo. El otro era un guardiamarina de apellido Salcedo, su hijo», explica Raúl Villa, secretario de Exponav, en el programa de mañana.

Al parecer, cuando el hijo del comandante se encontraba prácticamente en la orilla oyó la voz de su padre pidiendo ayuda desde la fragata. Entonces, sin pensárselo dos veces, exhausto como estaba, fue a intentar salvarlo. Lamentablemente, ambos murieron en el mar. Esto provocó que la Armada prohibiese a padres, hijos y hermanos viajar juntos en un mismo barco. Además, cuenta la leyenda que, si se pasea por la playa de Covas la noche de todos los Santos, fecha en la que ocurrió el naufragio, aún hoy se puede llegar oír el grito del guardiamarina: «Padre aguanta, voy a salvarte».

Neira Brochs, el pintor de la tragedia

Neira Brochs, pintor viveirense que ha expuesto en grandes museos como el Reina Sofía, se ha sentido siempre marcado por la catástrofe de La Magdalena, lo que le llevó a dedicarle una colección: «Penso nas emocións que terían os mariñeiros que ían na fragata. Máis que imaxes, son sentimentos postos no cadro», explica el pintor.