Valentina gana «MasterChef Junior 11» con un menú inspirado en su familia y su pasión por el teatro

Redacción LA VOZ

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La aspirante de 9 años conquista al jurado y recibe 12.000 euros para su formación, un curso en el Basque Culinary Center y una beca formativa BBVA

10 ene 2025 . Actualizado a las 12:22 h.

Valentina, una apasionada de la cocina y el teatro de tan solo 9 años, se ha alzado como ganadora de la undécima edición de MasterChef Junior. La catalana demostró desde el primer programa su madurez, sensibilidad y creatividad, cualidades que han culminado en un espectacular menú final que ha conquistado al jurado formado por Pepe Rodríguez, Samantha Vallejo-Nágera y Jordi Cruz, así como al chef invitado Dabiz Muñoz.

«Esto es un sueño hecho realidad. Gracias a MasterChef Junior por permitirme vivir esta experiencia mágica», declaró emocionada Valentina tras escuchar su nombre como ganadora. «Tu menú tiene personalidad y una profundidad de sabores que emociona», afirmó Dabiz Muñoz, quien calificó el escabeche de su plato principal como «seda» y se quedó fascinado por la coherencia y el riesgo de su propuesta.

Un menú lleno de emociones y creatividad

El menú ganador de Valentina fue una declaración de amor a su familia, su tierra natal Sant Boi de Llobregat (Barcelona) y su pasión por el teatro. Su entrante, corazón de alcachofa a la brasa confitada acompañado de tartar de langostinos con shichimi togarashi, polvo de romescu, perlas de limón y espuma de beicon, fue calificado por Pepe Rodríguez como «arriesgado y espectacular». Samantha Vallejo-Nágera añadió que «no parece el plato de una niña», destacando su sofisticación y Dabiz Muñoz destacó su sabor umami y lo punki que son los toques ácidos del limón en conjunto con la espuma de beicon.

El plato principal, una lubina a baja temperatura con escabeche texturizado, emulsión de cilantro y tortilla de camarones, fue una verdadera obra maestra. «Es un plato para recordar, lleno de sensaciones y respeto al producto», afirmó Jordi Cruz. La tortilla de camarones representaba el telón del teatro y la lubina la obra que se esconde cuando se alza. Una analogía muy difícil de olvidar y que ha sido muy alabada por los jueces.

Para el postre, Valentina presentó una namelaka de té matcha con galleta de lima y cinco especias chinas, acompañada de algodón de azúcar y moras. Este cierre delicado y poético evocó la tierra mojada y los paisajes de montaña de Puigcerdà, donde sus padres tienen una caravana.

El menú de Ana: tradición y modernidad maño-ibicenca

Por su parte, Ana, zaragozana de 12 años, también brilló en la gran final con un menú que combinó las raíces aragonesas e ibicencas de su familia. Su entrante, gamba roja a la plancha con tempura de hoja de borraja, alioli y papel crujiente de mango, fue valorado por su presentación y equilibrio entre dulzor y acidez. Como plato principal, los chipirones rellenos de longaniza de Graus y sobrasada de Ibiza con chilindrón y emulsión de perejil destacaron por su creatividad y respeto a la tradición. Finalmente, cerró su menú con un Flaó ibicenco con streusel, emulsión de melocotón asado y caviar de miel, transportando a los jueces a los sabores de Ibiza. Un menú lleno de energía y de contrastes que nos enseña a una Ana que ha disfrutado y exprimido su sueño de formar parte de MasterChef Junior al máximo.