
Una oda al horno, el electrodoméstico más infravalorado de toda la casa
20 mar 2014 . Actualizado a las 17:26 h.Sorprendentemente, todavía existen cocinas que no conocen horno, devotas de la malas lenguas que tachan este electrodoméstico de prescindible, en ocasiones casi de inútil, de lento y difícil de limpiar. No se lo merece. En un descarado alegato de las virtudes del heredero de las primitivas superficies de cocción en ruda piedra, nos quitamos el sombrero ante este aparato polifacético, artífice tanto de un buen asado de carne, pescado, una crujiente pizza o un jugoso bizcocho. ¿Y en cuanto a precios? Según modelo, oscilan entre los 300 y los 1.200, pero El Corte Inglés regala, con cada compra, no solo de hornos, también de placas y campanas, un 15 % del importe invertido.
El horno desprende tanto calor que permite cocinar más de un plato al mismo tiempo, ahorrando tiempo además de energía. Para ser práctico, en la parte inferior se deben colocar aquellos platos que más cocción necesitan, reservando las bandejas superiores para recetas más simples. Para limpiarlo, se recomienda que el horno no esté del todo frío y utilizar un paño húmedo en agua templada y zumo de limón. Si pecamos de comodidad por naturaleza, lo mejor es hacernos con uno que incluya autolimpieza. ¿Qué significa esto? Un tipo de horno capaz de calentarse hasta lo 500 grados, temperatura a la que se carbonizan los residuos que quedan en su superficie dejando solo una capa de ceniza fácil de retirar, el sueño de cualquier amante de la cocina.
La mejor ubicación para un horno es una zona alta, que facilite su utilización y garantice la seguridad. Además, el intenso calor que desprende hace que se mantenga en temperaturas altas aún después de haberse apagado, lo que se puede aprovechar para calentar un plato ya cocinado antes de servirlo y hasta preparar de forma rápida alguna receta de rápida cocción. Los pequeños son los hornos menos recomendados, son menos seguros y calientan en exceso el exterior.
Los platos más indicados para cocinar en este aparato de temperaturas elevadas son los pescados y las carnes, sobre todo las grasas, que casi sin aceite se van haciendo lentamente hasta quedar en su punto. También las aves rellenas y las verduras, si se desean braseadas. Los gratinados, los arroces y los postres también son perfectos para dorarse al horno.
Algunos trucos
Aunque elaborar platos al horno puede parecer una tarea sencilla, no lo es tanto conseguir el resultado deseado en determinadas recetas. El pollo, por ejemplo, corre el riesgo de acabar seco; los bizcochos, crudos; las carnes, sosas; y los pescados, quemados. Para que esto no suceda lo más importante es contar con un modelo adecuado -la web de El Corte Inglés pone a disposición del cliente, exclusivamente online, una variada gama- y, a partir de aquí, seguir algunos consejos para mejorar el resultado final.
A la hora de hornear pizzas es recomendable hacerlo con papel de aluminio debajo para evitar que se pegue a la bandeja y manchar menos. Las aves quedarán más jugosas si se les introduce una cebolla en su interior. También se puede evitar que queden secas introduciendo en el horno un recipiente con agua, elevando así el grado de humedad de su interior. La carne debe dejarse reposar tras acabar la cocción y, una vez dorada, se salará, de otra manera, los jugos se exudarán y se quedará marchita. Para que el pescado esté crujiente se puede espolvorear sobre él un poco de pan rallado y cubrir con una cucharada de mantequilla. Y para saber si un bizcocho está hecho se suele pinchar con una aguja de calcetar. Si sale seca, es que está listo para sacar del horno.