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Aprende a comer con palillos japoneses

Redacción LA VOZ

TENDENCIAS

Los nipones cuentan con siglos de un rígido protocolo en la mesa y el arte de comer con palillos es un auténtico rito que hay que cumplir a rajatabla

11 jun 2014 . Actualizado a las 14:32 h.

Reconozcámoslo. Nos encanta la comida oriental, pero sufrimos cada vez que acudimos a este tipo de restaurantes y solo nos ponen palillos. Momento de tensión, miradas de soslayo a los acompañantes de turno para, finalmente, llamar al camarero para que nos traiga el tradicional cuchillo y tenedor. Error. Sobre todo en cuenta nos referimos a la gastronomía japonesa, ya que sabe y se disfruta mejor si se come con los instrumentos asiáticos por excelencia. ¿Qué gracia tiene comer sushi o teriyaki si no se hace con ellos? Ninguna. Por eso, lo mejor es aprender a usarlos.

Lo primero y básico que tenemos que aprender es que hay palillos según país adaptados a su gastronomía local. Los palillos japoneses -o hashis- son largos y de madera y se estrechan en un extremo puntiagudo. Sin embargo los chinos se estrechan en una punta redonda, los coreanos suelen ser cortos y de metal, y los vietnamitas son medianos y planos. Además, en el país del sol naciente también cuentan con los saibashi, palillos especiales para cocinar o servir la comida, que se distinguen de los normales por ser más largos.

Con esto claro, en el caso de Japón intervienen una serie de claves que hay que tener muy claras. Quizás, lo mejor es ensayar en casa, practicando además recetas de esta gastronomía, dándole también uso al menaje nipón para darle el toque más auténtico con el que cuenta El Corte Inglés dentro de su colección de cocina internacional. Y es que los japoneses poseen siglos de rígido protocolo en la mesa. El arte de comer con palillos es un auténtico rito, con una estricta guía de normas y prohibiciones que hay que cumplir a rajatabla y sin medias tintas. No hay excusas.

Técnica de uso

La técnica puede parecer sencilla, para los orientales. Hay que sostener e inmovilizar uno de los palillos -que no deberemos mover- entre la palma y la base del dedo pulgar, el otro -que será con el que se cogerá comida- debe sujetarse con las puntas del pulgar, el índice y el corazón. Si no somos lo suficientemente mañosos, siempre podremos usarlos como los niños, por un punto medio.

Protocolo en una mesa nipona

Lo primero que debemos saber antes de sentarnos a un mesa japonesa es que los palillos nunca se chupan, deben de tener el menos contacto posible con la boca. Asimismo, todos los platos se comen con ellos, excepto la sopa. Y no es que se puedan usar cucharas, sino que se aguanta el cuenco con dos manos y se bebe directamente de él. El sushi también es la excepción que confirma la regla, ya que también se pueden comer con la mano.

Con esto claro, la otra costumbre occidental que no podemos realizar es la de pasar la comida con los tenedores, en este caso los palillos. El protocolo establece que para compartir algún alimento, lo único que se puede hacer es ceder el plato y dejar que la otra persona se sirva ella misma. Además, los palillos siempre deben de estar juntos. Es decir, no se pueden colocar como se colocan el cuchillo o el tenedor, ni cruzarlos.

Otra costumbre occidental que debe evitarse es la de remover la comida, ya que se debe empezar a comer en orden y, por tanto, de arriba a abajo. Tampoco se puede intentar partir algún alimento con ellos. Son palillos, no un cuchillo o un tenedor y, además, los platos nipones siempre se presentan con los pedazos ya cortados y del tamaño adecuado para poder llevarlos a la boca. Por último, para indicar que ya se ha terminado, los palillos se deben dejar rectos sobre el plato o el cuenco.

Cosas que no se pueden hacer con los palillos

Los palillos no son juguetes, solo deben emplearse para comer. Nada de señalar o gesticular con ellos. Tampoco se puede golpear con ellos ningún objeto. Está completamente prohibido, por lo que se debe evitar la tentación de fingir que son las baquetas de una batería.

Una de las acciones más comunes y que se deben evitar a toda costa es la tentación de clavar los palillos verticalmente en un cuenco de arroz. ¿La razón? Esta acción recuerda a un rito funerario. Tampoco se puede pinchar o ensartar comida en los palillos o dejar caer la comida desde sus extremos.