La todopoderosa combinación de rojo y oro regresa este verano. Cómo, dónde y por qué
20 ago 2014 . Actualizado a las 14:23 h.La modelo Cara Delevingne, nueva reina de las pasarelas, enfant terrible de la moda mundial, rebelde sin causa y agresivamente bella, ha sabido tomar mejor que ninguna otra, sin reproche alguno a su porte, mentón elevado y cejas frondosas, el relevo de las monumentales supermodelos de los noventa. Es Delevingne, con todo su escándalo, sus desafiantes tatuajes que podrían costarle su permanencia sobre la pasarela y su mirada tan salvajemente felina, la mejor embajadora de esta herencia, un estilo todopoderoso que evoca glamour, destellos, música dance, purpurina y noches desenfrenadas, que el imán estival ha absorbido con furia este año, imponiéndolo como dominante no solo en los tops cortos, en las lentejuelas, en las joyas desmesuradas, en los pantalones holgados y en las plataformas, sino también en el rostro, en las pinceladas cromáticas que afinan los rasgos faciales, en la máscara que encara las madrugadas.
El maquillaje de los noventa marcó toda una época. Escribió una página en la historia del makeup, coloreó las facciones de nombres que todavía hoy ponen los pelos de punta como Cindy Crawford, Linda Evangelista o Elle MacPherson, y mantuvo viva su estela en otras caras posteriores, como Eva Herzigova o Karolina Kurkova, diplomáticas de los pómulos pronunciados, de las miradas intensas y de los labios carnosos. En este estilo estético dos colores reinan sobre el resto: el rojo y el oro. La combinación es delicada, no es fácil saber lucirla. El color de la piel deberá oscilar entre el pálido -sin llegar al extremo- y el bronceado ligero; solo de esta forma este maquillaje no resultará vulgar.
Los labios es la parte fácil. Todo al rojo. Puedes conseguir un tono firme y duradero con la barra de labios cremoso SPF12 Le Absolu Rouge de Lancôme. Esta intensidad encaja a la perfección con una sombra ahumada en los ojos, que deberá marcarse bien con una densa máscara de pestañas, como la Eyes To Kill de Giorgio Armani. Para conseguir un efecto de volumen mayor, podemos aplicar una pizca de base de maquillaje -el Maquillaje fluido Miracle Air de Teint Lancôme es una buena opción, perfecta también para preparar inicialmente el rostro- sobre las pestañas antes de ponernos la máscara y repetir aplicación de rimmel un par de veces -cuidado con los grumos-.
La combinación con el oro es válida para cualquier edad y cualquier mujer. Símbolo de elegancia extrema no será apta para noches tranquilas ni cenas familiares, pero sí para fiestas legendarias y glamurosos eventos. Para realzar los pómulos, lo ideal es escoger unos polvos de sol con brillos dorados, como el Poudre Bronzante Rose Méditerranée Summer Collection 2014 de Lancôme, -o un colorete rosado tirando a dorado-, aplicándolos de abajo a arriba en sentido diagonal: desde las comisuras de los labios hasta las de los ojos, marcando bien el hueso facial. Con un lápiz-pincel iluminador, como la edición limitada del icónico Touche Éclat Wild Edition de Yves Saint Laurent, inspirado en el motivo de pantera tan célebre de la marca, aclararemos el lagrimal del ojo, para darle más luminosidad a la mirada intensificada con la sombra oscura.
Favorecerá este estilo un eyeliner negro sobre el párpado móvil, a ras de las pestañas. Define la mirada y la eleva. Y, al final, el plato fuerte. Aplicar una sombra cremosa y suave de ojos con brillos dorados, hacia la sien. Nada de exageraciones. Completará el ahumado y rematará el look. En El Corte Inglés se pueden encontrar todos los productos adecuados para conseguir este efecto.