El rojo y negro en sujetadores y bragas, los picardías y los tradicionales pijamas se reinventan para dar paso a nuevas corrientes para vestir el interior femenino
16 dic 2014 . Actualizado a las 17:56 h.La feminidad tiene nombre de lencería. A pesar de todos los complementos y accesorios casi exclusivos para el bando de las mujeres, no hay prendas más típicamente para ellas que las que abrazan el cuerpo como una segunda piel. Y eso que, si algo ha determinado a esta zona del armario, es su carácter íntimo, reservado para poner por debajo de pantalones, camisas y vestidos como los sujetadores y el amplio catalogo de bragas, o para lucir en el calor del hogar como los picardías o los pijamas. Aunque su carácter casi oculto podría ser sinónimo de invisibilidad o, incluso, de exclusión, sucede todo lo contrario. En la última década, la lencería se ha elevado a los altares de la moda y sus colecciones ocupan, sin vergüenza y con grandes alardes de poder, anuncios publicitarios, tapas de revistas y desfiles despampanantes que acaparan los flashes de medio mundo, convirtiéndose es reclamo para ver a las mejores modelos recorrer metros de pasarela enfundadas en infinitas alas y prendas reducidas que dejan poco espacio a la imaginación.
Quizás en medio de esa corriente que es el feminismo y que empaña últimamente a canciones y películas, y con ellas a cantantes y actrices, la ropa interior se ha convertido en el nuevo reflejo del alma de ellas mezclando elegancia, sensualidad y comodidad. Y así, en medio de este clamor reivindicativo de las prendas más íntimas, durante los últimos años, se han reinventado al unisono. De esta forma, se han consolidado nuevas tendencias que hace un par de años, probablemente, los gurús de la moda consideran imposibles. Y lo han hecho en todas las ramas dentro de las diferentes colecciones de lencería -como la de El Corte Inglés-, sin dejarse olvidadas a ninguna.
La última vuelta de tuerca del rojo y el negro
Si algo solía definir a la prendas más íntimas de las mujeres eran dos colores: el negro para diario y el rojo para las ocasiones más exclusivas, con algunos momentos de blanco y beis para la época más estival. Y sucedía en sujetadores, bragas, culottes, tangas, camisetas interiores y un largo etcétera de prendas que formaban un extenso catalogo de ropa interior. Sin embargo, quizás marcado por un carácter más innovador impuesto desde los talleres de los diseñadores, se han ido incorporando pequeños detalles para darle un nuevo aire más arriesgado. Primero fueron las puntillas y los encajes más desenfados y ahora llega el turno de añadir peluche en el escote y pompones en el trasero a las diferentes prendas, como este conjunto de sujetador y braga, perfecto para estas fechas navideñas, donde el rojo se impone sin dejar lugar a otros tonos u otras opciones.
Los caftanes, los nuevos picardías
Si pensamos en la prenda más sensual por antonomasia de cualquier armario femenino, los picardías ganan por goleada. Con la apariencia de un corto camisón hecho de tul, gasa o bordados, durante años han sido elementos de deseo para ellos. Sin embargo, y aunque siguen dominando las noches en compañía de ellas, en este último tiempo han ido evolucionado hasta llegar a los caftanes. ¿Que qué son los caftanes? Son unas túnicas de algodón o seda abotonadas por delante que llegan hasta los tobillos y que eran habituales en el imperio otomano, Rusia, Marruecos y sureste asiático. Ahora, han dado el salto y se han convertido en excelentes compañeros nocturnos de las mujeres, ya sea como este negro de Moon River o este de estilo japonés en estampado multicolor de Natori.
Y los pijamas se hicieron tres piezas
Pensar en un pijama, sobre todo en invierno, es pensar en calor y comodidad. Parecía que cuanto más grande, mejor y más apropiado para las largas noches de noviembre, diciembre, enero y febrero. Sin embargo, en ese animo de reivindicar el poder femenino, los pijamas también se han renovado y han perdido pierna, imponiéndose los puños en muñecas y tobillos, y ganado piezas. Sí, los trajes de chaqueta-pantalón han llegado a la cama. Así, el pijama con estampado a cuadros formado por camiseta abierta con cierre de botones y pantalón largo a juego de Carole Hochman o el multicolor formado por camiseta abierta y pantalón largo a juego de DKNY son los nuevos reyes del universo de la cama.
El mono también domina los sueños
Que los monos son tendencia entre la ropa de calle desde la anterior temporada es algo innegable. Volvieron después de un largo periodo de ausencia para quedarse imponiéndose en el día a día y para los eventos más festivos dando un poco igual la época del año en la que estuviéramos. Y con el dominio en la calle ya sean cortos, largos, estampados o lisos, han dado el salto a la cama. Así, con esta evolución de fuera a dentro ya es algo más que habitual en las nuevas colecciones para este invierno en materia de sueños, sobre todo en las novedades más juveniles. Por ejemplo, una buena opción para abrigarse en estas jornadas de frio que dominan los meses invierno puede ser este mono en color gris estampado con Mickey y Minnie de Disney, con la gran novedad estrella en materia de pijamas: los puños en manos y tobillos para evitar despertarse con la manga en los codos o el pantalón en las rodillas.