El misterio de por qué a las personas les gustan (o no) ciertos olores

La Voz REDACCIÓN

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El olfato es el sentido más misterioso para los humanos. Capaz de distinguir entre más de 10.000 fragancias distintas, siente predilección por los aromas frutales

03 mar 2015 . Actualizado a las 18:50 h.

El mundo de los olores es un complejo universo que muy pocos han sido capaces de descifrar. Y es que, digan lo que diga, el sentido del olfato es todo un misterio. Solo hace compararlo con otros sentidos como el tacto o lo vista ya que es más comprensible entender la razón por la que encontramos más o menos atractivo a una persona o a un objeto. Si a esta incomprensión hacía una percepción invisible le sumamos la incógnita de las feromonas -sustancias químicas segregadas con el objetivo de provocar comportamientos específicos, la mayoría de tipo sexual, en otros individuos de la misma especie-, se entra en un apartado que podríamos relacionar directamente con aspectos religiosos o espirituales.

A pesar de todas estas incógnitas, lo que se tiene claro de este mundo son las seis millones de células que existen en los dos receptores olfativos de las narices de los humanos. Esta cantidad ingente de células provoca que las personas sean capaces de diferenciar entre 10.000 olores distintos. Aunque puede parecer una gran cantidad de fragancias, el resto de animales distinguen muchas más. Sin embargo, y a pesar de todos sus misterios, el olfato es omnipresente. Está presente en todos los aspectos de la vida diaria de cualquier persona y, además, evoca recuerdos y emociones así como alerta ante un peligro o es capaz de seducir. Por ejemplo, los bebés se aprenden el aroma de su madre y de su padre rápidamente y los experimentos muestran que siempre se sentirán atraídos al olor de la leche de pecho de su propia madre que al de otra mujer en lactancia.

A pesar de que las sensaciones olfativas son capaces de penetrar muy hondo en el cerebro, lo hacen durante muy poco tiempo ya que se esfuman en cuanto el organismo se acostumbra a ellas y abre el camino a que otros aromas, ya sean agradables o no, inunden las fosas nasales. Tanta es la capacidad de habituarse del cerebro que, conforme pasa el tiempo, nuestra colonia de cabecera empezará a parecernos que ya no huele como el primer día cuando, en realidad, no ha perdido ni la primera característica. Quizás por esta razón, la industria de los perfumes es una de las más explotadas del mundo. Y una de las más antiguas, y sino que se lo pregunten a Julio César y a Cleopatra que ya las usaban. No obstante, la larga historia de los aromas y fragancias prefabricadas abre una nueva cuestión. ¿Por qué las personas se sienten, más o menos, atraídas hacía ciertos olores?

Aunque es una cuestión evidente, no fue hasta el año 2010 cuando alguien empezó a aportar algo de luz sobre el tema. Fue el neurobiólogo Rafi Haddad, del Instituto Weizmann de Israel, el que ofreció una respuesta más o menos convincente al asegurar, usando una nariz electrónica y prediciendo las fragancias que resultaban placenteras para cualquier individuo, que la afinidad hacia ciertos olores está predeterminada biológica y no culturalmente. Con esta conclusión, la lista de esencias favoritas de los humanos está encabezada por lima, naranja, pomelo, menta y melocotón. Según un estudio de Perfumes Club, los españoles, siguiendo este esquema, suelen decantarse por cítricos y frescos. ¿La razón? Aún nadie ha dado con la tecla, pero, tal y como avanza la ciencia, poco tardaran en detectar estos patrones que nos empujan a amar o a odiar ciertos aromas.

Quizás siguiendo este esquema, Prada se lanzó a reinventar uno de sus perfumes: Candy. Bajo la batuta de la perfumista Daniela Andrier, la dirección creativa de Miuccia Prada y el rostro de la actriz Léa Seydoux, Prada Candy Florale -que se puede encontrar en El Corte Inglés- evolucionó desde el concepto de una flor imaginaria -la pura y blanca flor conocida como Cosmos- dándole toques frutales gracia al limoncello y manteniendo como base la peonía y el caramelo. Tirando de flores y con toques frutales y frescos, gana puntos para consolidarse entre las favoritas de las narices.