Pese a fracturarse la nariz en el partido del pasado domingo, Riki no se ha perdido ni un solo entrenamiento de esta semana. De nuevo ayer lució una llamativa protección en la cabeza y todo apunta a que podrá enfrentarse pasado mañana al Sevilla sin ningún contratiempo. Se trataba de la misma que lució el pasado jueves, completamente transparente, aunque esta vez las cintas de sujeción eran de color negro y apenas se distinguían de su cabello.
Lo cierto es que pareció más a gusto con la máscara y, aunque departió en varias ocasiones con el médico, no se le vio quitársela en ningún momento de la sesión. Trabajó como es habitual, se le vio acudir a la banda para iniciar sus habituales carreras hacia el área y chutar a portería con fuerza. De la evolución de su lesión dependerá si juega con esta misma con la que se está entrenando o si le bastaría con la pequeña chapa metálica del entrenamiento del miércoles.
Vuelta de Camuñas
Si Riki no quiere perderse el partido bajo ningún concepto, ayer Camuñas demostró que tampoco. Completó un entrenamiento intensísimo, en el que lució un peto diferente al de sus compañeros y alternaba con los dos equipos. Titular en el choque de Granada, en el que tuvo que acabar pidiendo el cambio por una sobrecarga muscular en la pierna derecha, aspira a mantenerse en el once, del que desplazó a Valerón. Muy dinámico y participativo, el futbolista cedido por el Villarreal también ve apretarse la lucha por un hueco en la alineación con el alta médica de Salomão, por fin de alta médica.