Las urgencias aprietan al Dépor

Pedro José Barreiros Pereira
Pedro Barreiros A CORUÑA / LA VOZ

TORRE DE MARATHÓN

CÉSAR QUIAN

El equipo coruñés necesita ganar más de dos meses después de su última victoria

04 nov 2012 . Actualizado a las 07:00 h.

«Estoy enfadado y disgustado con la situación, porque quieres ganar, pero no agarrotado». El estado de ánimo de Aranzubia de cara al partido de esta tarde contra el Mallorca bien se puede trasladar al resto del vestuario de un Dépor al que se le acaban las excusas. Después de más de dos meses sin conocer la victoria, desde aquel lejano 20 de agosto en el que derrotó al Osasuna, los coruñeses han enlazado cuatro empates y cuatro derrotas hasta instalarse en las plazas de retorno a Segunda.

Queda el recurso de apelar a que apenas se llevan nueve jornadas de campeonato, que la zona de permanencia está a un solo punto de distancia y que el último resultado deportivista fue un empate en Balaídos, donde al Celta no se le había escapado punto alguno. Pero a nadie se le escapa la trascendencia de un choque en el que los futbolistas deben dar un paso adelante.

Quizá por este motivo Oltra medite cambios. La presencia de Bodipo en la convocatoria abre la puerta al cambio de posición de Riki, quien podría situarse en banda y dejar la referencia atacante a Nelson Oliveira, con Valerón como principal surtidor de pases hacia ambos. Bruno Gama, quien el jueves disputó los noventa minutos y cuyo rendimiento ha decaído en las últimas jornadas, se convertiría en el gran damnificado, pues comenzaría el choque en el banquillo. Se presume que el Mallorca, visitante en Riazor después de cuatro derrotas consecutivas, las dos últimas frente al Sevilla y el Madrid, dejará el control del juego al Dépor para pinchar al contragolpe y en jugadas a balón parado.

Sea cual sea el planteamiento, los puntos no pueden seguir volando de Riazor, si la salvación quiere empezar a vestirse de realidad. Urge la victoria que aleje los vientos de crisis y devuelva la sonrisa a la afición. El camino hacia el ansiado triunfo pasa por frenar la sangría defensiva (solo en aquella jornada inaugural no encajó) y sostener el buen bagaje en ataque, con Pizzi, autor de cuatro goles y quien se quedó tras el entrenamiento de ayer a tirar faltas desde el borde del área, como pieza clave. Cualquier otro resultado diferente a la victoria olería a oportunidad perdida y a nueva decepción.