Con la portería a cero, por fin

Xurxo Fernández Fernández
Xurxo Fernández A CORUÑA / LA VOZ

TORRE DE MARATHÓN

El Dépor desarmó al Mallorca para mantenerse imbatido diez duelos después

05 nov 2012 . Actualizado a las 07:00 h.

«En toda la primera parte solo hemos hecho dos faltas. Eso lo dice todo». Así resumió Caparrós el pésimo encuentro de su equipo la semana pasada ante el Real Madrid (0-5). El fútbol está peleado con las matemáticas. Solo así se explica que ayer el Dépor obtuviera el resultado inverso con la misma receta. Apenas un par de infracciones en tres cuartos de hora, que no impidieron a los de Oltra mantener imbatida su portería por primera vez en los diez últimos encuentros (nueve en Liga y otro en Copa, desde la victoria frente al Osasuna).

Los blanquiazules neutralizaron al enemigo minimizando sus espacios, manteniendo la pelota y con una buena actuación (defensiva) de un meritorio: Álex Bergantiños. El coruñés necesita aprovechar la ausencia de Abel Aguilar para ganarse el puesto y ayer sumó puntos con un encomiable despliegue, especialmente en las ayudas a Ayoze.

Porque hasta que el técnico local ordenó el cambio de banda entre Bruno Gama y Pizzi, el lateral zurdo del Dépor estuvo sometido a un constante dos contra uno. Pereira había centrado o chutado a puerta cuatro veces en los primeros 25 minutos, apoyado en las incursiones de Nsue, un interior reconvertido. Bergantiños puso fin a semejante sangría.

De paso, posibilitó las apariciones de Juan Domínguez y Valerón, liberados de cargas defensivas y alentados por la propuesta del Mallorca, que pese a ir por detrás en el marcador no aumentó el ritmo del choque y siguió esperando en su campo a los de casa. Así, el Dépor acabó con un 60% de posesión la primera parte y un 52% al final del encuentro, después de haber cedido terreno en la segunda mitad para resguardar el resultado.

Con Bruno, y después Camuñas, por la izquierda, Ayoze vivió más tranquilo. En la derecha, Laure se centró en mantener la posición, ya que Pizzi sigue siendo incapaz de dar una sola ayuda. El orden defensivo apareció por fin (junto a un par de paradas de Aranzubia) y el Dépor lo tradujo en victoria.

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