Un derbi en la cuerda floja

Pedro José Barreiros Pereira
Pedro Barreiros A CORUÑA / LA VOZ

TORRE DE MARATHÓN

El Dépor y el Celta se enfrentan angustiados en un partido marcado por su nefasta clasificación

15 mar 2013 . Actualizado a las 20:02 h.

El Dépor y el Celta se enfrentan en un partido sin red. Como el acróbata que llega a su noche de estreno, solo cabe el éxito o el fracaso. El derbi ensalzará al ganador, que se sentirá como si hubiera sumado seis puntos de una sola tacada, pero también agotará buena parte de las posibilidades de permanencia del derrotado, repudiado quizá hasta por sus aficionados. Tal es el angustioso momento que rodea a ambos vestuarios. Así, de la fiesta del fútbol gallego no quedará más vestigio que el color de las aficiones, tan poderosas que se encargarán de insuflar la energía de un duelo desde el abismo. Por paradójico que resulte, al blanquiazul y al celeste les unen esta noche más aspectos que los que los separan. A las hinchadas les tocará aplaudir y lamentarse, festejar y tirarse de los pelos.

Sobre el césped, con sus miedos y sus expectativas, se dan cita los dos peores equipos de la Liga. Al Dépor no le queda otra que ganar. Aspira a su cuarta victoria de la temporada cuando apenas le queda tiempo para sumar las que precisa para la permanencia. Los coruñeses se agarran a su cuarteto de ataque, con los eternos Riki y Valerón al mando, mientras tratan de solucionar sus problemas defensivos, donde Marchena, mermado, el canterano Insua (quizá el único gallego en la alineación local) y Aythami se disputan dos plazas. Fernando Vázquez, protagonista de otros derbis desde el banquillo contrario, lidera ahora las esperanzas coruñesas.

El exfutbolista Abel Resino gobierna las ansias de un Celta que llega con seis puntos de ventaja en la clasificación, pero tan exigido en el plano anímico como su eterno rival. Talento en estado puro, Iago Aspas concita las ilusiones de un bloque con la espina clavada por los enfrentamientos de las últimas temporadas, cuando cayó en los dos de Segunda y empató en la primera vuelta en Balaídos tras aguantar con un jugador menos casi toda la segunda parte. Al margen del polémico delantero, el equipo vigués presentará otros cuatro gallegos en la alineación, con Jonny, Túñez, Roberto Lago y Oubiña, así como cerca de un millar de aficionados en las gradas.

A buen seguro que el estadio de Riazor presentará el aspecto de las grandes citas para un espectáculo sin medias tintas. Llega el derbi y esta vez, como en los duelos del Oeste, parece cierto que solo puede quedar uno.