Marchena quiere tirar del carro

Pedro José Barreiros Pereira
P. Barreiros A CORUÑA / LA VOZ

TORRE DE MARATHÓN

Vuelve a entrenarse con el Dépor tras anunciarse que no iba a jugar más

30 may 2013 . Actualizado a las 07:00 h.

El Dépor levanta el machete. Marchena corre contra el reloj para llegar a tiempo a un partido que nunca pensó en jugarlo. Se perdió las seis últimas jornadas por una rotura fibrilar que en principio había marcado su recuperación más allá de la conclusión del campeonato. Pero, empeñado en robarle horas al día, el defensa trabajó sin descanso y ayer recogió los primeros frutos de su esfuerzo.

El heredero del espíritu del histórico Lasarte entre los aficionados de Riazor no desea perderse el definitivo partido contra la Real y ayer desarrolló buena parte del entrenamiento al mismo ritmo que sus compañeros. Calentó como uno más y también participó en el primero de los ejercicios, una serie de carreras y disparos a portería. En cambio, se quedó al margen, mientras peloteaba junto a uno de los fisioterapeutas, en la primera de las pachangas que terminaron la sesión. Luego, como las sensaciones fueron buenas, se integró en uno de los bandos, con el que jugó como improvisado delantero.

Sin el alta médica, pero con la ilusión como bandera, a Marchena le queda el entrenamiento de hoy, marcado como de recuperación en el estadio de Riazor, y el de mañana para apuntalar su precario estado físico. El sueño del campeón del mundo pasa por entrar en los planes de Fernando Vázquez, quien presumiblemente volverá a citar a toda la plantilla para el choque contra la Real. Si su evolución fuera muy positiva, quizá el Dépor acabe por echar mano de su veteranía y también de su experiencia en situaciones límite.

Lo cierto es que desde que se lesionó los coruñeses solo han cosecharon un triunfo (el de hace quince días contra el Espanyol) y tres empates. Caudillo de la remontada hacia posiciones de permanencia con dos goles contra el Mallorca y el Zaragoza, y un férreo marcaje a Aspas en el derbi de Riazor, el central quiere tirar del carro.

Por si acaso, y a la espera de que Aythami supere la sobrecarga muscular que padece desde el partido del pasado domingo y que le ha impedido entrenarse con normalidad desde entonces, el técnico mima a los únicos centrales sanos de que dispone: Zé Castro, Kaká y el fabrilista Insua.