Ni la sentencia que complica un acuerdo sobre la deuda con los jugadores ni el tirón de orejas que le dio el juez Rafael García Pérez por la situación de las empresas filiales han hecho recapacitar a Lendoiro. El presidente del Deportivo sigue enrocado en una postura claramente perjudicial para la entidad. Aprovechó la presentación del portugués Rudy para insistir en su trasnochada propuesta de un convenio sin quita y una espera larga. ¿Estaría dispuesto a firmar una quita del 50%?, se le preguntó. «De entrada, que se nos planteé y hablaremos», balbuceó antes de afirmar que su intención es «que no exista una quita y sí un plazo amplio. Desde el principio defendemos eso», mostrando ahora una actitud contraria a la que ha exhibido durante su gestión: afrontar los pagos en su vencimiento.
«El plan de viabilidad no tiene problemas. A más tiempo y sin quita. El Dépor no quiere quita», volvió a insistir. Cree que antes del día 31 los acreedores le presentarán una propuesta de convenio. «Si es factible e interesante para el Dépor, firmarla, pero no vamos a firmar ningún plan de viabilidad que el Dépor considere que no es viable. Otra cosa es si obliga el juez, o los administradores», esgrimió. También señaló que en su día propuso una quita del 30%, pero Nova Galicia Banco y el Banco Gallego lo rechazaron.
Nuevamente, en un alarde de funambulismo, Lendoiro, que cobra el el uno por ciento del presupuesto, ofrece una posibilidad que pone en peligro la existencia del Deportivo y del que salen beneficiados él mismo y su consejo de administración, ya que eludiría la pieza de calificación que definiría su responsabilidad.
También criticó al presidente de la Federación de Peñas, Miguel Otero, al que le recriminó que estuviera pidiendo acciones a los empresarios coruñeses: «¡Que lo explique!», le retó.