Bruno Gama falló un penalti en la única ocasión clara del partido
27 jul 2013 . Actualizado a las 18:19 h.Y para acabar, ración de sopor. El último partido del Dépor en su concentración monfortina se perdió en 90 minutos de tedio sin más ocasiones que un penalti que Bruno Gama se encargó de lanzar fuera.
La alineación inicial, plagada de músculo en la medular, pronosticaba ya escasez de toque y sobredosis de trabajo. No hubo sorpresas. El conjunto blanquiazul echó mucho de menos a Juan Domínguez y también a Teles, que se pasó el encuentro sentado en el banquillo. A la vera de un Zé Castro que ultima su salida del club.
Apenas hubo continuidad en el juego y si de algo sirvió el choque fue para proseguir con esos ejercicios de presión individual por todo el campo que Fernando Vázquez ha ordenado en cada amistoso. El primer tiempo concluyó sin actividad para los porteros y lo más destacado fueron las esporádicas arrancadas de Sidibé y algunos detalles técnicos a cargo de Bicho. El juvenil sufrió un durísimo marcaje y provocó una amarilla. Junto a ellos, Romay se puso las pilas en la recuperación, sabedor de que el sacrificio le va a resultar ineludible si quiere quedarse a las órdenes del de Castrofeito.
Nada cambió tras el descanso, aparte de los nombres de quienes saltaron al césped. Assunção no ofreció más toque que Sidi y Ayoze se empleó como interior, demostrando que las carencias del Dépor se acentúan en la parcela ofensiva de la banda izquierda. En punta, Luis estuvo todavía más aislado que su predecesor (Dani Iglesias) y apenas rascó bola. Un par de acciones sueltas de Bruno Gama fueron suficientes para motivar a una grada poco exigente. El portugués pudo incluso marcar de penalti. Pero hubo justicia: el partido no lo merecía.