Miguel Bastón cumplía 52 y su hijo le dedicó el 0-1 señalando su brazo tatuado
30 sep 2013 . Actualizado a las 12:19 h.Juan Carlos picó la bola, Peña rompió el fuera de juego y Borja salvó a Falcón para clavar el 0-1. El ariete se fue a la esquina y allí se tocó varias veces su tatuaje en el antebrazo antes de levantar los cinco dedos de su mano derecha y otros en su izquierda. En Madrid recibieron el mensaje. Alto y claro.
«Estaba viéndolo por la tele. A esa hora tendría que haber ido al partido de nuestro equipo de Tercera -el filial del Atlético, para el que trabaja ahora el emblemático meta de Marín-, pero decidí quedarme». El pálpito de Miguel Bastón tuvo premio doble, aunque su hijo solo le dedicase el primero de sus tantos. «Lo entendí enseguida. Se tocó el sitio donde lleva tatuado mi nombre y levantó los dedos con los años que cumplo. 52».
La marca del antebrazo de Borja nació como un modo emotivo de festejar el primer gran título del ariete. «Se lo hizo el año en el que ganó la Bota de Oro (en el 2009, en el Mundial sub 17 de Nigeria)», explica su padre, al que el delantero del Dépor no había comentado sus intenciones. «Después del partido sí hablamos y estaba muy feliz. Y yo... Pues ya puedes imaginarte».
Susto con la lesión
La alegría quedó aplazada durante unos cuantos minutos, hasta que Miguel supo que la lesión de su vástago se quedaba en un simple calambre. «Antes ya le habían dado un golpe en esa zona y cuando vimos sus gestos la verdad es que nos asustamos», comenta quien en los años 80 defendió la portería colchonera.
Una satisfacción compartida en Alicante, donde el autor de los dos goles blanquiazules declaraba estar «muy contento» al concluir el choque. Entrevistado en zona mixta por la Cadena Ser, Borja comentaba la acción que culminó en dedicatoria exclusiva: «En el primer gol tiré, pero no sabía si estaba en fuera de juego. Ha entrado y el equipo ha ganado, que es lo importante». El obsequio en la distancia le sirvió para escamotear a su progenitor el tradicional deseo de cumpleaños. Pidió públicamente «que caigan más goles», aunque sin revelar cuántos: «No doy una cifra, voy partido a partido». Por ahora van cuatro, anotados a pares. El tercero, en el nombre del padre.