Consejos a los más jóvenes durante entrenamientos y comidas

La Voz

TORRE DE MARATHÓN

03 dic 2013 . Actualizado a las 07:00 h.

Pese a su firme propósito de regresar a Australia para vivir durante una temporada, y a la importante oferta recibida desde un club de las Antípodas -prometió igualarle el sueldo al de Del Piero-, Carlos Marchena decidió regresar al Deportivo «por cariño». Un afecto que él está demostrando a sus compañeros, especialmente al amplio grupo de recién llegados desde el Fabril.

El último en valorar la aportación del andaluz fue su compañeros en la pareja de centrales. Pablo Insua destacó el domingo que «Marchena es un libro abierto para aprender de él. Tengo que aprender deportiva y extradeportivamente porque es un lujo tenerlo al lado. Es como si me tocara la lotería».

El de Arzúa no ha sido el único agraciado. Bicho aseguraba a principios de temporada haber encontrado un mentor en el zaguero. Papel que también juega para otros como Luis Fernández, con el que no es extraño verle dialogando e intercambiando impresiones sobre los entrenamientos camino de los vestuarios de Abegondo.

«Es muy buen compañero. Una persona increíble. Todas las mañanas me está subiendo el ánimo», señalaba hace poco en Onda Cero Álvaro Lemos al referirse al ex de Sevilla, Benfica, Valencia y Villarreal. El extremo, todavía en fase de recuperación de su rotura de ligamento cruzado, ha participado en alguna de las comidas que organiza Marchena para charlar con calma con los nuevos.

Un jugador talismán

A su papel fuera del campo y a su aportación palpable sobre el césped, se une la condición de talismán del andaluz, que ostenta el récord de partidos sin conocer la derrota con la selección (57). Con él sobre el césped, el Dépor no ha perdido en Liga esta temporada.