Más de medio mundo futbolístico se manifiesta sorprendido, y en desacuerdo, con las normas impuestas por quienes no se mueven de los cargos dirigentes a donde llegaron casi no sabemos cuando. Ni tampoco quienes los mantienen en esos puestos altos en donde se consideran iluminados, y con total autoridad para tomar decisiones que, en muchísimos casos, levantan serias polémicas que ellos no escuchan como si gozaran del beneplácito general.
Esto es así. Ahí está el homenaje que ayer ofrecieron en Bilbao, su tierra, a Ángel María Villar por los 25 años al frente de la Federación Española de Fútbol. No vamos a poner aquí y ahora en entredicho la gestión de Villar, hombre que ya tiene asegurado su futuro, que es sustituir a Platini, en la presidencia de la UEFA, una vez celebrado el Mundial de Brasil, fecha en la que Blatter dejará la presidencia de la FIFA, que será ocupado por el francés. Se suceden unos a los otros.
De las promesas que hacen y no cumplen los rectores del fútbol, teníamos ayer una clara demostración en las páginas de La Voz de Galicia, con declaraciones de Platini ya en Bilbao para presidir el homenaje a Villar. Platini habló muy claro, pero lo cierto es que después nada de lo dicho se refleja en favor del fútbol que parece estar anquilosado. Como ejemplo más cercano, basta con mirar para el Deportivo.