Tino Fernández deberá gestionar una herencia envenenada con el club en grave peligro
22 ene 2014 . Actualizado a las 07:00 h.Tino Fernández hereda un muerto. Así de crudo. Es lo que le ha dejado Lendoiro después de 25 años al frente del Deportivo. Por mucho que se intente disfrazar la realidad, Fernández tiene la titánica tarea de resolver el enorme problema que la negligencia y temeridad de Lendoiro han legado al club. Estos son los principales problemas que lastrarán el presente y el futuro del Deportivo.
Un problema con Hacienda que amenaza la supervivencia del club
Fernández Pico ya se reunió con Hacienda, pero en su condición de candidato. En Madrid le hicieron ver que la situación no era grave, sino gravísima. Hacienda reanudará los embargos en cuanto el juez apruebe, si lo hace, el convenio de acreedores que fue votado el día 10. Estos embargos asfixiarían al club y lo conducirían a una agonía sin salida. El nuevo presidente intentará con la mayor rapidez posible presentar un plan a los responsables de la Agencia Tributaria que permita afrontar el pago de los sesenta millones de deuda ordinaria. Misión complicada para el neófito presidente, porque aunque en el fisco verán como un avance la marcha de Lendoiro, lo cierto es que el gran problema, personas al margen, son los sesenta millones de deuda privilegiada que se deben a Hacienda.
Endeudados hasta el 2048
Al margen del problema perentorio de la deuda con el Estado, la herencia que deja Lendoiro a Tino Fernández será una enorme mochila que lastrará su andadura durante muchos años. Si finalmente se aprueba el convenio de Lendoiro, el Deportivo estará pagando deuda hasta el año 2048. Pero en cualquier caso lo peor es que durante mucho tiempo, la entidad blanquiazul deberá vivir por debajo de sus posibilidades, destinando una gran parte de sus ingresos al pago de la deuda. Mientras Lendoiro gastaba hasta lo que no ingresaba el club, Fernández no podrá gastar gran parte de lo que ingrese, lo que repercutirá, sin duda, en la confección de plantillas de calidad.
Una estructura inexistente
El Dépor que deja Lendoiro carece de todo. Adolece de músculo, pensamiento y rigor. Solo la afición funciona en un club en el que Lendoiro no dejó crecer a nadie. Su método caduco y presidencialista ha impedido el buen desarrollo de una estructura deportiva profesionalizada, así como no existe una organización económica, de marketing y social. Lendoiro quiso centrarlo todo en sí mismo, lo que ha dejado al club en franca inferioridad con respecto al resto de entidades del fútbol profesional español, a pesar del enorme esfuerzo de los cualificados trabajadores que hay en el seno del club.
Problemas con medio mundo
El Deportivo ha sufrido fuertemente la personalidad de Lendoiro, que siempre antepuso sus intereses y su orgullo al beneficio del Deportivo. De esta forma, el nuevo consejo de administración deberá dedicar buena parte de sus esfuerzos a lo que Fernández Pico denomina problema relacional. Durante los veinticinco años de mandato Lendoiro ha protagonizado enfrentamientos con instituciones como el Ayuntamiento, la Xunta o la Diputación. Ha vetado medios de comunicación y ha protagonizado conflictos con FIFA, Federación, clubes y, sobre todo, exfutbolistas blanquiazules, hasta el punto de que los veteranos han tenido que competir bajo un escudo diferente al de la propia entidad.
Un chiringuito con hijos, familiares y amigos
La entrada en concurso supuso un freno al descontrol que reinaba en las empresas creadas por Lendoiro al amparo del Deportivo. En ellas trabajaron sus hijos. Sin ir más lejos, el mayor de ellos, Augusto César, hasta hace poco todavía figuraba como único trabajador de Actividades en Medios de Comunicación del Real Club Deportivo de La Coruña. Lendoiro tejió una red bajo el paraguas del club que ahora tendrá que estudiar Tino Fernández con detenimiento.
Una plantilla limitada y mal confeccionada
El empeño de Lendoiro en que las normas deben adaptarse a sus exigencias, propició la confección de una plantilla limitada y desequilibrada. Fernando Vázquez ha hecho milagros y en el mercado invernal se han tomado y están tomando decisiones que puedan arreglar el problema, pero el Deportivo ha jugado en desventaja con respecto al resto, no tanto por temas presupuestarios dado que es uno de los equipos con mayor gasto en plantilla, sino por el retraso en la configuración del equipo, así como en el tipo de futbolistas que se ficharon.
Un equipo en Segunda con la obligación de ascender a Primera División
Para el Deportivo ascender es casi una cuestión de vida o muerte. Lendoiro deja el equipo en Segunda, bien clasificado a pesar de la mala racha, pero con una presión muy superior al resto de los equipos por aquello de la situación económica y la interdependencia que esta tiene con la económica.
Una gestión repleta de irregularidades
Según se escribió en varias ocasiones en instancia judicial, Lendoiro se ha caracterizado por su desprecio constante a las normas. La legalidad nunca ha sido una de las principales preocupaciones de Lendoiro, tal y como él mismo evidenció en una de sus últimas ruedas de prensa. El hasta ayer presidente ha gobernado el Deportivo incumpliendo mil y una normas, lo que ha manchado imperdonablemente la imagen del club más allá de Riazor.