Las horas más largas de Lux

Pedro José Barreiros Pereira
pedro barreiros A CORUÑA / LA VOZ

TORRE DE MARATHÓN

PACO RODRÍGUEZ

El meta conoce esta mañana el alcance de la lesión que sufrió en Córdoba

27 ene 2014 . Actualizado a las 07:00 h.

Lux mantiene la esperanza. Recién llegado a A Coruña junto a la expedición deportivista, con la rodilla izquierda rígida y apoyado en dos muletas, se agarra a ese clavo ardiendo que son las horas que le quedan para conocer el diagnóstico definitivo de la lesión que sufre. «Las esperanzas las voy a tener hasta después de los estudios. Tengo que ser optimista y esperar lo mejor», declaró nada más bajarse del avión. Hoy se someterá a una resonancia que revelará el estado real de la articulación, lastimada en Córdoba cuando el partido enfilaba la recta final de la primera parte, en aquel salto junto a Insua y Xisco.

Las imágenes, que producen escalofrío por la extraña forma en que la rodilla giró al apoyarse de nuevo en el suelo, y la posterior reacción del portero, quien lloraba amargamente cuando fue retirado en volandas a los vestuarios, hicieron temer una dolencia importante y el seguro adiós a la temporada. Sin embargo, un moderado optimismo se ha abierto paso desde entonces. «Ahora me encuentro bien. Estoy con muy poco dolor. Esperemos a ahora que llegue al estadio y allí estará Arriaza y mañana (por hoy) a hacerme los estudios a ver qué tengo», afirmó.

Tras la primera exploración en los vestuarios del estadio del Arcángel, el portero se sometió ayer en A Coruña a otro reconocimiento, de nuevo a través únicamente de la vista y el tacto, a cargo del traumatólogo del club. El examen no arrojó novedades y consistió únicamente en una primera toma de contacto, así como en una batería de consejos para que el futbolista argentino guarde el mayor reposo posible hasta la definitiva resonancia, que con toda probabilidad se practicará esta misma mañana.

Los servicios médicos del Deportivo mantienen la cautela a la espera de esta prueba. Según subrayó el propio futbolista, el intenso dolor de los primeros momentos ha remitido en parte, pero el caso es que sigue impidiéndole someterse a una inspección en condiciones. La lesión está muy reciente y el caso es que Lux sigue sin poder mover la rodilla con libertad. No obstante, los especialistas se agarran a las buenas sensaciones del propio guardameta y a los deseos comunes de que finalmente haya sufrido el menor daño posible para inclinarse por un moderado optimismo. «La suerte es lo de menos. Trato de hacer siempre lo mejor, entrenar, trabajar... El fútbol tiene estas cosas y hay que superarlo», insistió el meta, que regaló varias sonrisas a su regreso.

Por fin titular en el Dépor después de cuatro temporadas de habitual suplencia en el Mallorca y dos más a la sombra de Aranzubia, Lux, de 31 años, triunfaba en el desafío personal de disputar una temporada entera. Se destacaba como el único deportivista que había disputado todos los minutos de Liga y, además, con éxito, pues es el menos batido de Segunda.