Hasta ahora, cuando surgía un hecho grave como fue hace unas temporadas el puñetazo propinado por Munúa a Aouate en el vestuario, aplicaba el Reglamento General Disciplinario del convenio colectivo para la temporada en curso. Aunque no siempre lo hacía.
En la retina de la afición blanquiazul quedan hechos lamentables como el cabezazo que propinó Djalminha a su técnico, Javier Irureta, durante un entrenamiento. Quizá sea el hecho que mayor trascendencia h a tenido. El lanzamiento de unas tijeras por parte de Bonnissel a un fotógrafo durante un entrenamiento es otro de los hechos acontecidos en el club que también quedaron impunes.
Los frecuentes despertares tardíos de Diego Tristán tras largas noches de diversión o peleas como las protagonizadas en su día por Alberto Luque y Walter Pandiani también estarán recogidas en el nuevo reglamento que prepara el club.
En septiembre está previsto que el régimen disciplinario del que carecía el club sea una realidad. Con él en funcionamiento, actitudes pasadas que no fueron penalizadas por el anterior consejo de administración sí tendrán a partir de entonces un castigo.