El Deportivo recibe este sábado (16.00) en Riazor a un león herido y siempre peligroso
19 sep 2014 . Actualizado a las 15:22 h.Ya ha llovido desde entonces, pero hubo un tiempo en el que derrotar al Real Madrid en Riazor era el pan nuestro de cada día. El Deportivo tenía excelentes plantillas, con poco que envidiar a los grandes del fútbol europeo. Pero los días de vino y rosas se han acabado; Makaay, Fran y Mauro Silva están para el fútbol indoor y el Madrid, que históricamente ha fichado lo que ha querido, desde hace unas temporadas desembolsa millones de euros con la misma facilidad como si estuviese jugando una partida de PC Fútbol.
Sin embargo, los 30.000 aficionados que se darán cita el sábado a las 16.00 en el estadio de Riazor confían en que el Deportivo logre hacer el partido perfecto, que presente batalla y, por qué no, que saque adelante los tres puntos.
El equipo sobre las individualidades
Las coberturas y los apoyos se presentan como una de las claves para empezar a igualar las fuerzas sobre el terreno de juego. Si Ronaldo y Bale apenas ayudan a sus laterales, los futbolistas herculinos deberán ejercer de guardaespaldas en defensa y de mejores amigos en ataque de cada uno de sus compañeros. Víctor Fernández apenas ha tenido tiempo para trabajar con una plantilla con muchas caras nuevas y confeccionada con un importante handicap económico. El sábado necesita que sus jugadores se comporten como si se conocieran de toda la vida. Que piensen en la camiseta y en el escudo antes que en sí mismos, porque solo así tendrán opciones de sobrevivir a la batalla.
Las dos áreas
Si a lo largo de todo el campo la exigencia será máxima, en las dos áreas hay que rozar la perfección. Lux y los centrales se presumen como dos de las piezas claves. El examen tiene que ser de matrícula de honor, porque el Madrid castiga el mínimo fallo. Bale y Ronaldo no suelen hacer prisioneros. La ocasión de la que disfrutó el delantero del Eibar Ángel el pasado lunes en Ipurúa, aún con el cero a cero, mejor que no caiga en las botas de un jugador merengue, porque cuando Sidnei se lance a cortar el peligro es muy probable que la pelota ya esté en el fondo de la red.
En el otro área, afinar la puntería al máximo, porque las oportunidades de hacer daño no serán muchas. ¿Pero cómo?
La importancia del balón parado
Históricamente, uno de los puntos fuertes del Real Madrid (sin ir más lejos, el año pasado se metió en la final de la Champions y la ganó a base de cabezazos), está resultando ser uno de los talones de Aquiles esta temporada. Iker Casillas llega muy cuestionado por parte de su afición. El portero trata de minimizar riesgos al salir de debajo de los palos haciéndolo solo cuando es imprescindible. Hasta el momento parece que ninguno de los goles recibidos este curso han sido fallos del de Móstoles, pero lo cierto es que el Madrid está sufriendo, y encajando, con los balones aéreos. Buena oportunidad para que Medunjanin saque a pasear esa zurda de la que tanto se ha hablado. Como anécdota, Lopo, que apunta a titular, marcó el gol del triunfo de la última victoria del Dépor sobre los blancos, en el arranque de la Liga 2008-2009.
El Deportivo también debe extremar precauciones con las faltas cercanas al área. La lista de jugadores merengues especialistas en los libres directos es interminable.
Evitar el correcalles
Desde el paso de Mourinho por el banquillo del Bernabéu, el Real Madrid se ha mostrado más cómodo en las batallas a campo abierto que en la guerra de guerrillas. Ha sufrido en terrenos de juego como el Reyno de Navarra o el Ciudad de Valencia, porque tanto Osasuna como Levante apenas permiten que sus defensas sean atacadas antes de que se enroquen. Para ello, el Deportivo tendrá que finalizar jugadas, asegurar los pases y pensarse dos veces las incorporaciones de según que efectivos al ataque. La baja de Di María, puente entre el centro del campo y la delantera, ha perjudicado a las transiciones madridistas, pero el Deportivo debe ser consciente de que los extremos blancos siguen siendo mortales cuando tienen metros para correr. La salida de Xabi Alonso, un futbolista que siempre se encontraba bien situado para corregir carencias en todas las zonas del campo, también se hará notar en los balances. En Anoeta se desmontó el equipo en 45 minutos como si de un castillo de naipes se tratase.
Jugar con el «tempo» del partido
Tras la victoria del pasado lunes en el campo del Eibar, el Deportivo llega a la cita de este sábado con cuatro puntos, una cifra razonable para los objetivos a final de temporada. En el otro lado, el Real Madrid se presenta con tres puntos (por debajo del Dépor en la clasificación), y un par de tropezones más puede suponer el adiós definitivo al cada vez más exigente título de Liga. El reloj juega en contra de los blancos, porque, aunque cueste reconocerlo, un empate sería magnífico para el cuadro local. En cualquier momento la ansiedad puede aflorar en los futbolistas visitantes en forma de fallos tontos o expulsiones sin sentido. Paciencia.
Riazor
La afición deportivista también jugará su partido. Riazor tendrá que comportarse como ese número 12 que ha sido en otras tantas ocasiones.