Postiga podrá jugar frente a la Real Sociedad, si el entrenador lo decide porque pudiera ser que Víctor Fernández, preocupado como está por mejorar al equipo, a estas alturas tenía previsto la manera de subsanar hasta donde le fuera posible la baja del jugador expulsado en Córdoba, decisión arbitral que mereció la censura más allá del seno deportivista. Ahora, cabe la pregunta: «¿Cómo se permite al comité de apelación esperar tanto tiempo para responder al recurso enviado por el club damnificado, como en este caso era el coruñés?». La pregunta es lógica, pero no se puede decir lo mismo del organismo federativo obligado, como creemos que está, a resolver en plazo razonable los recursos de los clubes para cubrir aquellas bajas que se confirmen como sanciones. Pedir a la Liga Profesional que intervenga en estos casos, parece normal porque hacerlo con retraso aumenta los problemas de alineación del entrenador a quien se le resta un jugador, habilitado a última hora, para poder alinearlo.
A todo esto, insistir que en San Sebastián esperan que el cambio de entrenador se note muy favorable para su equipo, diciendo que la Real Sociedad se presentará en Riazor como una seria amenaza para los coruñeses. Amenaza, sí pero esperamos que no pase de ahí. También afirman que «será un partido bonito», en lo que insistió Moyes. Es lo que dicen los donostiarras, mientras por aquí se recuerda que igual decían los valencianistas y marcharon con un 3-0 en contra. Los aficionados coruñeses, que acudirán en masa esta noche a Riazor, no exigen ganar por tantos goles, pero ganar.