Deportivo-Barça: Ni diez minutos para creer

Xurxo Fernández Fernández
xurxo fernández A CORUÑA / LA VOZ

TORRE DE MARATHÓN

PACO RODRÍGUEZ

El Barça no dio opción en un duro desenlace a la primera vuelta del campeonato

19 ene 2015 . Actualizado a las 17:04 h.

El Granada no obró ningún milagro en el Calderón, así que el Dépor comenzó su partido seguro de concluir la jornada fuera de puestos de descenso. Amarrado el objetivo, se dejó hacer. Y el Barça gozó a su antojo durante todo el partido.

Trivote desactivado

El Dépor apenas tuvo la bola

Víctor Fernández pudo elegir efecto secundario tras aligerar el frente de ataque: reforzar a cambio la defensa o poblar el centro del campo. Marcó la b y lo hizo anteponiendo la calidad al trabajo. Metió a Medunjanin para acompañar a Bergantiños y Juan Domínguez e intentar discutirle la posesión al Barça. Casi lo logra. Los culés llegaron al descanso con el duelo resuelto tras manejar la bola durante el 75% del tiempo que pasó en movimiento. En la segunda parte, el Dépor limó la diferencia un 5%. Los presuntos armadores del juego local apenas tuvieron presencia hasta que el rival se consideró saciado. Cuando el míster decidió prescindir de Wilk ante el Elche, explicó que Bergantiños guardaba mejor la posición. Ayer volvió a multiplicarse el de La Sagrada, pero se echó en falta la sangre del polaco en las ayudas.

Desequilibrio defensivo

Superados en número

La facilidad con la que rompió líneas el tridente culé provocó varias acciones en inferioridad blanquiazul frente al área de Fabricio. Luisinho intentó en ocasiones paliar la diferencia numérica abandonando el costado para arrimarse a Lopo y Sidnei, pero los tres se sometieron a la velocidad de Neymar, Suárez y Messi. Solo el desacierto del uruguayo impidió al Barça exprimir la falta de contundencia del centro del campo del Dépor. Fragilidad que mezcló con la sorprendente candidez de la experimentada zaga al tirar el fuera de juego.

Sin opciones en punta

Riera, intrascendente

El empuje azulgrana acorraló a los coruñeses, obligados a renunciar al ataque. Los de Luis Enrique plantaron su línea de contención sobre la medular y entre ellos y Bravo se abrió un mar de hierba inasequible para Riera. Sin la velocidad necesaria para superar a Piqué y Mascherano, el nuevo punta blanquiazul apenas entró en juego, superado también en su intento de cazar los balonazos de Fabricio. Al meta no le quedó más opción que el envío largo, con sus compañeros ocultos siempre tras algún adversario.

Balón parado

Desbordados a ras de suelos

La elección de Medunjanin podría haber tenido como coartada las acciones a balón parado, pero el Dépor no les sacó ningún partido. Sí lo hizo el Barça, que obvió su falta de envergadura raseando el cuero desde la esquina. Amenazó Messi en la primera ocasión del duelo y atinó después para llevarse la bola a casa.