Hasta ahora la temporada del Granada solo puede tildarse de muy pobre. Apenas ha ganado dos partidos: en casa contra el Dépor y otro más en Bilbao. Los datos son desastrosos, pero más allá de estos, el juego y la personalidad del equipo no han existido en ningún momento. No creo que se trate de un problema de mala planificación de la plantilla, pues considero que los últimos doce equipos de la Liga son muy parejos a todos los niveles.
Será el debut de Abel Resino, que es un entrenador que se distingue más por su trabajo desde el punto de vista psicológico o emocional, que en el plano táctico y de estilo de juego. Abel es un motivador, capaz de convencer al jugador desde su experiencia como futbolista de élite que fue en un club como el Atlético de Madrid. Su desafío será llegar a estos jugadores y aportarles una solidez y un modelo a la espera de que los resultados acompañen por fin.
El encuentro de mañana en el estadio de Riazor será importante, pero no decisivo. Apenas se abre la segunda vuelta y queda mucha vida después. Si el Dépor gana y suma 20 puntos, no podrá pensar que lo tiene todo hecho. Eso sí, creo que si el Granada pierde, se quedará muy tocado, pero sobre todo por las muchísimas jornadas que lleva sin ganar.
El gran valor del rival coruñés es su extraordinaria afición. Un tesoro. Se ha destacado como el fundamento de los últimos ascensos y también es el sustento del actual equipo. En los últimos años ha sufrido mucho, pero Los Cármenes se sigue llenando y eso lo dice todo.
Fabri González es Exentrenador del Granada.