Los infantiles Iván y Sergio, recogepelotas que celebraron con Lucas el tercer gol del sábado, charlaron con Juan Domínguez, que lo fue de cadete
10 mar 2016 . Actualizado a las 14:22 h.Una foto ilustra el vestuario del Dépor en estos días. Es la de los recogepelotas Iván y Sergio celebrando el tercer gol marcado al Málaga en Riazor junto a Lucas, Mosquera y compañía. La Voz reunió ayer a los dos niños, canteranos del equipo infantil A del club, con Juan Domínguez, quien antes de formar parte del primer equipo también fue recogepelotas durante su época cadete, nada más llegar al Deportivo desde Narón. «Es un orgullo abrazarse con ellos», afirma Iván, mientras Sergio asiente.
Estudiantes de segundo de la ESO, con 13 años se convirtieron junto a los compañeros que los acompañaban aquella noche a pie de campo delante de la grada de Marathón en los ángeles del Deportivo, la alegría y la mejor intención a la que Víctor y sus futbolistas pueden agarrarse en estas diez últimas jornadas. «Es muy emocionante cuando Lucas y los demás venían gritando después de marcar. Yo creo que no se fijaron en nosotros, casi ni se dieron cuenta de que estábamos allí con ellos y que nos abrazaban también. Solo decían: «Vamos, vamos, chavales y se animaban», recuerda Sergio.
Ambos conocen en persona a Juan Domínguez de los partidos que el Dépor ha jugado en Riazor, pues los integrantes del Infantil A se encargan esta temporada de recoger los balones que salen del rectángulo de juego en los partidos de casa. «Cuando los veo y estamos allí todos, siempre me preocupo de saludarlos y estar un rato con ellos, porque sé lo que significa estar cerca de los jugadores y tengo un recuerdo muy bonito», afirma el mediocentro.
Esfuerzo
Los niños, en cuanto lo ven, se lanzan a preguntarle sin rodeos. «¿Te tuviste que esforzar mucho para llegar a ser futbolista?», le espetan. «Sí, mucho, y sacrificar algunas cosas a las que otros niños están acostumbrados. Recuerdo faltar a algún cumpleaños, que en el momento duele, pero luego lo compensa cuando te ves jugando», contesta el futbolista. «A nosotros celebrar el gol y tener a tus ídolos al lado también nos compensa», asegura con una sonrisa Sergio, mediapunta en su equipo.
Iván, que juega de extremo derecho, se encontraba en el córner, pero cuando Lucas marcó salió corriendo para abrazarse a sus compañeros... y también a sus ídolos. «Vamos rotando puestos cada fin de semana. En esta, como no hay partido, cuando sea contra el Levante saltaremos dos, es decir, me tocará en el medio de Preferencia», explica.
Domínguez, que nació en 1990 y llegó al club en edad cadete, cuando tenía 13 años, es muy probable que fuese recogepelotas en el Deportivo cuando Víctor jugaba. «Fueron solo un par de partidos y podía estar el míster en el césped, pero al ser tan pequeño no tengo un recuerdo muy nítido de aquello, ni de los jugadores que había, ni de los rivales, pero sí de los sentimientos. Estaba muy ilusionado por estar allí, al lado de mis ídolos y poder pasarles el balón», añade.