El Deportivo vence al Levante y se reencuentra con la victoria tres meses después

Miguel Piñeiro Rodríguez
Miguel Piñeiro LA VOZ / REDACCIÓN

TORRE DE MARATHÓN

Un golpe de suerte en el gol decisivo sonríe al equipo coruñés, que respira y gana tranquilidad en la clasificación

20 mar 2016 . Actualizado a las 10:23 h.

Fueron muchas jornadas quejándose de la mala suerte (o amparándose en ella para maquillar los defectos), y cuando más lo necesitaba un guiño de la fortuna le lanzó un cariño al Deportivo para tumbar al Levante y lograr la primera victoria en exactamente tres meses. La sangre fría de Luis Alberto poco antes del descanso y el bienvenido rebote en la espalda de Mariño al tiro al poste de Lucas, cuando el partido ya se acababa, elevaron al equipo coruñés sobre el Levante (2-1). No fue bonito pero seguramente merecido, un choque donde la tensión se oía entre la  sucesión de muchos pases sin trascendencia, un duelo en el que el Dépor quiso más y acabó encontrando el premio en los destellos de calidad de su frente de ataque y en la decisiva irrupción de Cartabia en el tramo final, para cambiar la velocidad del juego y desnivelar lo que hubiera sido un empate ya preocupante de cara al resultado final de la temporada. 

No pudo decirlo en la previa por una gripe, pero posiblemente Víctor negaría una vez más que el duelo contra el Levante era una final para el Dépor. Atendiendo a la alineación, sí lo pareció. En el aniversario de los tres meses de la victoria sobre el Eibar en Riazor, la que inició la racha de 13 jornadas sin ganar, el equipo coruñés recuperó el 4-4-2, introdujo a Cani para mezclar con los delanteros y apostó por la llegada de los laterales. Fueron algunas de las señas identitarias que impulsaron la brillante primera vuelta del equipo. El Levante apostó por la baza que más gusta al Dépor: el contragolpe, el balón largo para Deyverson y el talento de Rossi, un jugador de una clase superior. En esas se diseñó un partido de dos equipos que preferirían no tener la pelota. La tuvo más el Dépor, y le faltó luces en los últimos 25 metros.

Dominó el juego el conjunto blanquiazul, llegó con facilidad a las inmediaciones del área de Mariño pero ahí le faltó último pase y claridad. Cani estaba impreciso y Luis Alberto aparecía a cuentagotas. Fajr estaba muy pegado a la banda para evitar el embudo por el centro y de los desdobles de Juanfran y Luisinho dependía en gran medida el torrente ofensivo del Dépor. Lo intentaron Borges, Luis Alberto y Fajr con disparos desde el borde del área. Estuvo cerca el tico y también el franco marroquí, en ambas con paradas de Mariño. Pero las buenas intenciones de las jugadas masticadas como si fuera balonmano ante el área del Levante carecía de mordiente en el área, allí donde Lucas puede marcar diferencias.

El colista Levante, por su parte, esperaba muy metido en su campo buscando las carreras de Morales y la calidad de Rossi, pero cuando agarraba la pelota debió sentirse extrañamente cómodo. Acompasó su juego Verdú y tocó con sentido y calma el equipo de Rubi, incluso demasiado tranquilo. No le impidió al equipo valenciano vivir sin mayores sobresaltos el primer tiempo, ni siquiera encontrar una buena ocasión de gol cuando un pelotazo a Morales permitió al extremo granota ganar la carrera a Navarro y disparar al lateral de la red de Lux. 

El partido atravesaba momentos de extraña y tensa calma, sin ocasiones ni presión por ninguno de los dos lados. Todo iba encaminado al empate sin goles hasta que Cani rompió la enésima jugada del Dépor en la frontal del área del Levante. Picó el aragonés por encima de la zaga del Levante, Lucas persiguió el pase con su fe habitual y asistió a Luis Alberto. El gaditanto, con tremenda sangre fría, puso a Riazor al borde del infarto, amagando una y otra vez antes de fusilar la portería. El gol fue un estímulo anfetamínico para la grada y el equipo, que lamentó que poco después del saque de centro llegase el descanso.

Paco Rodríguez

Más que nada, porque cuatro minutos después de la reanudación Verza rompía el deficiente fuera de juego del Dépor, encontraba a Rossi en la frontal del área y el italiano obró su alquimia para batir a Lux. El italiano demostró su clase de goleador y niveló un partido para el Levante, que después de su gol se metió en su campo como si tuviera un dragón custodiando el tesoro del empate. Víctor lo vio y metió a Fede Cartabia por Cani para buscar más desequilibrio en los metros finales. El argentino tuvo un impacto súbito en el partido: desde la derecha creó la ocasión de Fajr, que disparó con peligro para la gran parada de Mariño, y un remate de espuela de Lucas que no preocupó al meta vigués.

Y a la tercera de Cartabia, el Dépor encontró el premio. Tuvo que intervenir Lucas, pero también la dosis de fortuna necesarias cuando el fútbol no te da mucho más de sí. No resolvió Luis Alberto en el segundo palo el centro de Fede, Mariño taponó el intento del gaditano pero no el rebote en el palo del chut de Lucas. Víctor quiso echar el candado con Bergantiños y desde el gol al final, los minutos se hicieron eternos para la grada y el equipo, harto de sufrir, por fin con la suerte de cara para reencontrarse con el triunfo y dar una exhalación de alivio contenido durante tres meses.

Ficha técnica 

2 - Deportivo: Lux; Juanfran Moreno, Arribas, Fernando Navarro, Luisinho; Pedro Mosquera, Celso Borges; Fayçal Fajr (Oriol Riera, min.83), Luis Alberto, Cani (Fede Cartabia, min.66); y Lucas Pérez (Álex Bergasntiños, min.88).

1 - Levante: Diego Mariño; Lerma, Medjani, Feddal, Juanfran (Cuero, min.87); Morales (Rubén, min.81), Verza, Simão, Verdú; Rossi (Casadesús, min.77) y Deyverson.

Goles: 1-0, min.43: Luis Alberto. 1-1, min.50: Rossi. 2-1, min.85: Mariño, en propia meta.

Árbitro: Vicandi Garrido, del colegio vasco. Mostró amarilla a Lerma (min.33), Simão (min.69) y Verza (min.90) del Levante; y a Lucas Pérez (min.88) y Luis Alberto (min.90), del Deportivo.