El trofeo coruñés luce en los mejores lugares de los museos del Peñarol y del Nacional
25 jul 2016 . Actualizado a las 20:03 h.Mundial de clubes, Copa Libertadores, Liga y Teresa Herrera. Son los trofeos que lucen en los lugares de privilegio de los museos del Nacional y el Peñarol. El coruñés comparte espacio con los más importantes del mundo. Y destaca. Por su tamaño y belleza. «Hace años no había torneos internacionales para clubes y por eso el Teresa Herrera tiene tanta importancia por el mundo entero». El que habla es Hernán Navascués, secretario general del Nacional de Montevideo, la voz autorizada del club en temas históricos.
A tres kilómetros de la avenida del 8 de octubre (sede del Nacional) se encuentra el Palacio Cr. Gastón Guelfi, conocido popularmente como el Palacio de Peñarol. El director de relaciones institucionales y deportivas es Fernando Morena, historia viva del club aurinegro y el héroe del Teresa Herrera de 1974, el primero de los dos que ganó su equipo de forma consecutiva.
Fernando Morena, que años después actuaría en España, en el Valencia y el Rayo Vallecano, llegó a ser, con 668 goles, el máximo artillero de la historia del fútbol uruguayo, segundo si solo se tienen en cuenta los encuentros oficiales. A sus 64 años, recorre la sede del Peñarol recordando todos y cada uno de los triunfos que logró. Una gran foto suya destaca entre los trofeos. Guarda un especial cariño por los torneos coruñeses. Especialmente por el primero conquistado tras vencer al Barcelona de Cruyff 1-0 (gol suyo) y al Borussia 3-2 (2 de Quevedo y el tercero suyo).
Antes de esa final tuvo una anécdota con Berti Vogts. «Le habíamos ganado al Barcelona y yo descansaba en la habitación. Entonces me sobresalta el sonido de la puerta. Llamaban. Abro y me encuentro con Berti. Quería que bajara con él a tomar unos whiskis. No callaba: ‘Morena, vamos a beber whisky...’ Y yo a decirle que no. ‘Pero Berti, que mañana jugamos la final’», se ríe el goleador uruguayo recordando aquella tarde en un hotel coruñés. Al día siguiente, Morena había descansado lo suficiente y el premio fue el triunfo.
Un año después, el Peñarol repetiría éxito, otra vez con el actual directivo como protagonista. Marcó, de nuevo dos goles. El primero contra el Atlético de Madrid (3-2) y el segundo frente al Cruceiro (3-3, triunfo uruguayo en los penaltis). «La alegría que sentimos era comparable a la conquista de un título de Liga. Sobre todo en el primero que ganamos», recuerda el artillero. Morena se había consagrado en un campo, Riazor, en el que el fútbol uruguayo ya había puesto una pica doce años antes. Fue en 1958 cuando el Nacional iniciaba en A Coruña una histórica gira por Europa en la que visitaría Portugal, Rusia y Rumanía. Los sudamericanos vencieron en el Teresa Herrera al Flamengo por 2-1, marcando los goles uruguayos Guillermo Escalada y el gallego Héctor Núñez.
Hoy, estos 3 triunfos son recordadas en Montevideo como grandes hazañas del fútbol uruguayo.