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El alivio de Ryan Babel

Pedro José Barreiros Pereira
pedro barreiros A CORUÑA / LA VOZ

TORRE DE MARATHÓN

CESAR QUIAN

El delantero dio al Dépor la segunda victoria, se reivindicó a sí mismo y justificó su fichaje tardío

03 oct 2016 . Actualizado a las 16:12 h.

«Lo había intentado dos veces y me enfadé, porque pensaba que no iba a tener más oportunidades». Pero a la tercera Babel acertó y batió a un entonadísimo Cuéllar. De una tacada, elevó a un Dépor necesitado hasta los ocho puntos, pasó página de un par de años oscuros e incluso despejó los argumentos de los críticos con su fichaje. Nada más marcar, la carrera que emprendió alborozado hacia la banda para abrazarse con sus compañeros solo encontró comparación unos instantes después, cuando nada más pitar el final el árbitro, Garitano también correteó sobre el césped feliz y con los puños apretados para festejar tres puntos de oro. «Estamos deseando sacarlo más, tenemos que ponerlo lo que pueda aguantar, un poco. Estos quince días sin fútbol le van a venir genial para que se entrene, viene de muchos meses sin jugar ni entrenar y solo está para ratos. Esta quincena le va a dar para que lo podáis ver más a menudo en el campo y durante más tiempo», afirmó el entrenador tras el partido.

Babel, el héroe inesperado del otro derbi de rivalidad, el que enfrentó el sábado en Riazor al Dépor y el Sporting, saltó al campo a 23 minutos del final, un suspiro después de que el visitante Sergio Álvarez empatase el gol de Borges en la primera parte. «Todo el mundo habla ahora de la vuelta de Ryan Babel, pero nunca me fui. He jugado en otros equipos donde recibía menos atención, pero he dado el cien por cien en esos clubes», comentó. Incorporado directamente del paro tras la lesión de Joselu, se comprometió con el club coruñés hasta final de año. «Es un jugador de categoría», aseguraba Juanfran después de verlo entrenar las dos primeras semanas. «Va a más en cada partido que juega y seguro que dará muchas más alegrías en Riazor, ayer fue una», insistía ayer mismo el presidente, Tino Fernández.

El sábado, en su tercer partido con la blanquiazul, el delantero holandés brilló más que nunca. Recordó a aquel futbolista potente y atrevido que había despuntado en el Ajax y había maravillado en sus primeros años en el Liverpool. Como en los anteriores choques contra el Leganés y el Atlético, cuando salió con el marcador en contra, otra vez salió a remar contrarreloj. Contra el Sporting pareció actuar un poco más retrasado que hasta ahora, como en una línea central de tres junto a Mosquera y Borges (luego Guilherme). «Las cosas van bien, voy más rápido, pero debo tener cuidado de no ir muy rápido y lesionarme. Creo que en los dos últimos partidos, especialmente en el más reciente, hubo un paso adelante. Mi meta personal es dar el siguiente paso», dijo prudente ayer.

Solo Çolak, que acabó con cinco disparos, chutó más que su compañero, quien disparó dos veces antes del misil final. El que más tiró del Sporting fue Cop, con solo dos. «El gol fue un alivio para mí. Llegó en el tiempo añadido, al final del partido. Estuvimos presionando en el último tramo del encuentro. Y una vez que recibes el premio del gol simplemente sientes alivio por todo el mundo», afirmó.

El papel como revulsivo de Babel, que en diciembre cumplirá 30 años, también le empujó a regatear más que nunca. Hasta cuatro veces lo logró, lo que sugiere su afán por pedir el balón, encarar y buscar la portería contraria. «Supongo que la noche pasada fue mi noche, pero realmente nuestra meta eran los tres puntos y eso fue lo que alcanzamos. Para mí fue maravilloso», comentó.

Su anterior gol, con el Al Ain, también fue un misil

Babel llegó a A Coruña el 15 de septiembre después de entrenarse con el filial del Ajax, a donde había regresado tras dos malas experiencias: en el Kasimpasa turco (temporada 2014-15) y la pasada en el Al Ain, de Emiratos Árabes, donde tras una lesión en diciembre acabó defenestrado al equipo B. Su último gol procede de unos meses antes de aquellas fechas, hace ahora un año, cuando marcó de potente misil desde la frontal del área. Tras la carrera del lateral por la banda izquierda, recibió su centro en la frontal del área para armar la pierna derecha y batir de fuerte disparo al portero. Esta vez el misil salió a media altura y no raso, como el que acabó con la resistencia del Sporting en el otro derbi. Al igual que en este caso, en la noche del pasado sábado, cuando dio la segunda victoria al Dépor, de nuevo el delantero holandés repitió su gesto de lanzamiento: echó el cuerpo adelante para que el disparo no se le marchase alto y hasta saltó de la intensidad que le imprimió al balón. «Me gusta tirar desde lejos y claro que lo voy a seguir intentando», apuntó ayer feliz con el desenlace de una noche que no olvidará. «El equipo sabía que tenía gran necesidad de conseguir los puntos, todo el mundo estaba concentrado, nos sentimos bien cuando empezó el partido, merecíamos el 1-0, fue una desilusión cuando el Sporting empató, pero teníamos ganas de remontar, no bajamos la cabeza y logramos el segundo gol. Eso es muy bueno para la confianza del equipo», admitió.

Tras el descanso programado para la plantilla durante las jornadas de hoy y mañana, Babel comenzará un plan de entrenamientos personalizados con los que pretende alcanzar el mismo rendimiento físico de sus compañeros. A partir de entonces ya no tendrá que conformarse con disputar esa veintena de minutos por partido, sino que su puesta a punto hasta podría llegar a ofrecer a Garitano nuevas soluciones para conformar el equipo titular.