¿Hasta septiembre del 2018? Inaceptable

Fernando Hidalgo Urizar
Fernando Hidalgo EL DERBI

TORRE DE MARATHÓN

09 feb 2017 . Actualizado a las 22:48 h.

Si hay opciones de acortar los plazos para el arreglo de las cubiertas del estadio de Riazor, hay que explorarlas con toda la seriedad del mundo. El Ayuntamiento de A Coruña tomó la decisión, inexplicable para algunos, de rescindir el contrato con Dragados sin ningún tipo de contraprestación para el Concello. Eso no tiene marcha atrás. Pero que un estadio en malas condiciones, como es el de Riazor, tenga que esperar hasta el mes de septiembre del año que viene, en el mejor de los casos, es inaceptable. No se puede vender como un éxito que se va a acometer una obra mucho más ambiciosa, cuando hace apenas cuatro días los trozos de la techumbre volaron hacia el césped, hacia las gradas y hacia las calles. Y tampoco genera mucha tranquilidad que se diga que la seguridad está garantizada, porque, al menos teóricamente, ya lo estaba con anterioridad.

Que los pedazos no se desprendieran durante la disputa del encuentro ante el Betis ha sido una mera cuestión de azar. Por ello, cuando el clima vuelva a ser extremo en A Coruña, ¿se podrá disputar un partido en el coliseo blanquiazul? Es decir, ¿se podrá disputar un partido con absoluta seguridad para las personas?

La obra de la cubierta del estadio de Riazor tiene dos vertientes. Una, la necesidad. La cubierta no es fiable y la estructura está dañada. Es vieja. Hay que cambiarla sí, o sí. Y, la otra, la urgencia. La Marea tiene claro que hay que cambiarla. De hecho, ha decidido aplazar su arreglo para acometer un proyecto bastante más ambicioso. Retrasan el arreglo por hacer una obra mucho mejor. Pero han obviado la urgencia de una manera preocupante.

Con total naturalidad nos dicen que hasta septiembre del 2018 -a saber - no empezarán los trabajos. Para entonces se habrá disputado en Riazor prácticamente toda la segunda vuelta de la temporada 2016-2017, que está en curso; toda la campaña 2017-2018 y habrá comenzado ya la Liga 2018-2019.

Es demasiado tiempo con una instalación que ya ha dado avisos de lo que puede pasar. No hacer nada para adelantar los plazos parece tan temerario como negligente. Y una falta de respeto para la ciudad, que se merece estar protegida por quienes la administran.