Isco y Carles Gil forjaron una buena amistad en Valencia cuando jugaban juntos y compartían barrio
26 abr 2017 . Actualizado a las 18:35 h.Cuando hace unas semanas el Real Madrid venció en El Molinón con un partidazo de Isco Alarcón, que firmó dos de los tres goles blancos, entre los numerosos mensajes que llegaron a su teléfono móvil, había uno que procedía de A Coruña: «Gracias por la exhibición y por el triunfo frente al Sporting. Vaya manito nos habéis echado». El remitente no tuvo ni que presentarse. Era de sobra conocido para el centrocampista blanco. Responde al nombre de Carles Gil y figura en su agenda desde hace más de diez años.
Transcurría el año 2006 cuando el joven Isco Alarcón hizo la maleta para abandonar su Benalmádena natal y emprender rumbo a Valencia. Allí lo esperaba un futuro futbolístico lleno de ilusiones en un club que año tras año luchaba por entrar en Liga de Campeones. Mientras, otro chavalillo siete meses menor que él sufría en los infantiles del Valencia con un entrenador que apostaba por futbolistas más robustos y de carácter menos técnico.
Un entrenador clave
El destino quiso que meses después, José Arastegui se hiciera cargo del equipo cadete en el que los dos jovenzuelos compartirían vestuario. Y lo que inicialmente fue un compañerismo futbolístico, se convirtió en vecindad y amistad.
«Al principio, él estaba en la residencia del Valencia, pero luego ya se vino su familia para allí y acabó viviendo en Mas Camarena, enfrente de mi casa. Eso provocó que cogiéramos más trato y, al final, pues una amistad que todavía perdura», explica el habilidoso futbolista blanquiazul.
Ambos iniciaron caminos diferentes, pero siguen en contacto permanente. «Pues hablamos con frecuencia. Le di las gracias por la manito que nos echaron en Gijón y estos días lo llamé por su cumpleaños. Es una gran persona», explica Carles Gil.
Y si como persona no puede más que hablar bien de su amigo, como futbolista ya son palabras mayores. «Tiene un talento increíble. De los mejores futbolistas que hay en España. En Giión es que hizo una auténtica exhibición, al alcance de muy pocos jugadores. Esperemos que aquí, en Riazor, pues que no tenga su día, porque como esté inspirado será muy difícil pararlo», enfatiza el 11 del Dépor.
Cuarto entrenamiento
Será la cuarta vez que ambos se encuentren en el campo como rivales y en todas las anteriores el malagueño ha salido victorioso. Incluso en el Madrid-Elche de la temporada 2013-14, a pesar de salir suplente, Isco hizo un tanto.
Esta noche (21.30 horas, Movistar partidazo) podrían volver a enfrentarse. Aunque ambos parten en las previsiones como suplentes, todo hace indicar que tendrán minutos durante el partido. Será el momento en el que se vea en acción a dos artistas del balón. Un día para que vuelvan a fundirse en un abrazo e intercambiar las camisetas al final. Porque ambos guardan aquella que se dieron la primera vez que se vieron como rivales. «Son recuerdos que se guardan de los buenos amigos», apostilla el deportivista.