Con el mercado de invierno a punto de comenzar, ¿qué harías con los jugadores que menos cuentan para Cristóbal?
28 dic 2017 . Actualizado a las 15:35 h.Son 25 jugadores en la plantilla. En teoría claro. Porque de esos 25 pocos cuentan con que jugadores como Saúl, Tyton, Gerard Valentín o Bruno Gama sean importantes para que el Deportivo saque los partidos adelante. Saúl ha jugado un partido esta temporada (en Copa), Tyton ha sido su propia condena desperdiciando las oportunidades que ha tenido a lo largo de este curso de asaltar la titularidad. A Gerard Valentín solo se le ha visto cuando Juanfran no ha podido estar. No es buena señal para el lateral que ya llegó a A Coruña rodeado por las dudas sobre sus prestaciones defensivas. En su currículum como blanquiazul en liga solo está el partido en Málaga en el que el Deportivo encajó tres goles. Caso aparte es Bruno Gama. El jugador que conquistó a la grada con el 16 a la espalda ahora la desespera con el 21. Una breve estancia en Ucrania que lo cambió todo. Comenzó la liga jugando pero ha cerrado el año con seis partidos disputados y sin ninguna aportación que contabilizar.
Si los apoyos con los que cuenta Bruno Gama en la grada, a falta de una encuesta que lo certifique, todo apunta a que son más bien pocos, Borja Valle está en el polo opuesto. Su partido ante Las Palmas en la vuelta de la Copa abrió el debate con el ponferradino. No es un fijo en las convocatorias, tanto Mel como Cristóbal lo han utilizado como el último cambio, pero el extremo le pone pasión y garra. Ha aprovechado sus oportunidades cada vez que ha salido. Sus primeros minutos en liga forzó la expulsión de Sergio Ramos y en su primera titularidad anotó dos goles que sirvieron para que el equipo creyese. Y no anda este equipo sobrado de fe. Ha sido paciente y no ha aprovechado la cercanía a un micrófono para tratar de ganar minutos. Su comportamiento, al menos en público, ha sido ejemplar.
Es, pues, hora de decidir que hacer con el jugador. Que él decida si está dispuesto a aceptar esta situación a la espera de su momento o si opta por una salida. Media segunda división espera para poder echarle las garras.
Y luego está el caso de Andone. Doce goles anotó el rumano en su primera temporada en primera división. Muy buenos números. El delantero lo sabe y por eso está que echa chispas. Se le nota. La poca efusividad en la celebración del gol el pasado sábado ante el Celta es solo una muestra para despistados. Basta escuchar sus declaraciones y leer sus entrevistas para saber que el 10 está muy a disgusto. En parte es comprensible. Es fácil empatizar con el rumano, la sensación de que tiene muchos menos minutos de lo que merece por lo visto en el campo está ahí. Ahora bien, su trabajo es entrenar y su cláusula de rescisión son treinta millones de euros. Por ahí pasa todo. Toca tomar decisiones porque sus suplencias están pasando una factura muy grande al jugador y, por extensión, al equipo.